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Negacionistas

Es hora de que la clase política, a escala murciana, española y mundial, se monte en el carro del desarrollo de políticas energéticas sostenibles

Jueves, 2 de enero 2020, 13:52

Acaba de terminar la Cumbre del Clima de Madrid (COP25) y, por desgracia, se ha cerrado sin que se consigan mejoras en la lucha contra el cambio climático que puedan suponer un avance en relación a la cumbre de París de 2015 (COP21). Una de las peores noticias que se pueden recibir si se quiere que nuestros hijos y nietos hereden un planeta habitable.

Más aún, en esta Región ocurren más cosas que tienen que ver con el medio ambiente. Una de ellas está relacionada con el destrozo que se está realizando sobre nuestro único y envidiable Mar Menor. Es cierto que muchos científicos, desde hace tiempo, vienen dando señales de alarma sobre el estado de nuestra laguna, pero los últimos y temidos por esperados acontecimientos han elevado la categoría del estado de nuestro Mar Menor al estado de emergencia, incluso la ONU está empezando a tomar cartas en un asunto que trasciende a la prensa nacional e internacional. Ahora sí, se acabó, no se puede esperar más. Si no se toman medidas drásticas y rápidas, pasaremos a la historia como los que se cargaron tan inigualable joya ambiental. ¿Será el Mar Menor el cadáver que seguirá a la Bahía de Portman?

Es cierto que, por suerte, en estos momentos somos muchos los que estamos remando en la misma dirección. También es destacable que los jóvenes, los Greta Thumberg de turno, están al frente de la gente de bien que queremos evitar una catástrofe ambiental.

El problema es que enfrente tenemos a los 'negacionistas': los EE UU de Donald Trump, China, India, Brasil, y otros países que, en el fondo, son defensores del 'status quo', es decir, de la política cortoplacista de defensa de los combustibles fósiles que le son necesarios para su particular desarrollo; cegados por su egoísmo, son incapaces de ver lo que le espera a nuestro planeta en un breve espacio de tiempo. Las playas de Cádiz, el delta del Ebro y nuestra Manga del Mar Menor, si nadie lo remedia, serán las primeras víctimas del cambio climático en nuestro país al estar llamadas a desaparecer, total o parcialmente, bajos los mares. Y será solo el principio.

En estas circunstancias extremas, es hora de que la clase política, a escala murciana, española y mundial, se monte en el carro del desarrollo de políticas energéticas sostenibles que, a corto plazo, no solo empezarán a dar los frutos ambientales esperados; además, serán un vivero de nuevos empleos que nos son tan necesarios. Se trata simple y llanamente de hacerle caso a la legión de científicos de todas las ramas del saber que, desde hace años, están pidiendo soluciones ya. Las voces que se oponen, los negacionistas, no vienen apoyados por científico alguno, simplemente se dedican irracionalmente a negar lo innegable.

Pero no basta con que la clase política despierte de su letargo, es el momento de que la gente de bien tome la palabra y haga llegar alto y claro su voz a los responsables del desaguisado que ahora necesita urgente solución. Y, por supuesto, hay que hacer caso omiso a los que niegan con sus mágicas recetas, una situación que, en su momento, propiciará la destrucción de todas las especies vivientes, incluyéndolos a ellos.

No podemos cruzarnos de brazos y esperar que la solución nos venga dada desde arriba, tenemos que hacer abstracción de los negacionistas y trabajar para diseñar nuestro propio futuro. Nos va la vida en ello.

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