Con el AVE en las narices
Es una buena noticia que llegue a nuestra ciudad hermana de Orihuela, pero los habitantes de la Región no podemos evitar que se nos quede cara de tontos
Imaginen una persona en Madrid que tiene necesidad de venir a la Región de Murcia para una reunión de trabajo, o por ganas de pasar un fin de semana descubriendo una región con una gran oferta turística y cultural. Busca la combinación de tren que menos tarda, y compra el billete de AVE. Cuando ya está terminando el trayecto, el tren se detiene antes de la hora. Se habrá adelantado, piensa. Pero no, hay que cambiarse a otro tren. ¿Una avería? No, siempre es así, le dicen. Mueve maletas, abrigo, la lectura, cruza el andén por la pasarela elevada. Veinte minutos después arranca el nuevo tren y a los diez minutos ya estamos en destino. Vaya operación más extraña e incómoda, y más si tienes algún problema de movilidad.
Pues lo realmente increíble es que todo esto no es técnicamente necesario. Está fundamentado exclusivamente en una decisión política. La misma vía por la que venía el AVE continúa hasta Murcia, y llegaron a estar construidos los andenes de llegada. Pero un cambio de color político a nivel nacional provocó que se ordenara demolerlos. El AVE no podía llegar a Murcia, había que pararlo en Orihuela. No podía venir hasta que no se terminara el soterramiento, aunque las obras ya estaban en marcha. ¿Lo entienden? Los viajeros tampoco.
No me entiendan mal. Es una buena noticia que la alta velocidad llegue a nuestra ciudad hermana de Orihuela, pero los habitantes de la Región de Murcia no podemos evitar que se nos quede cara de tontos. Porque Murcia es la séptima capital de España por población, y no parece muy razonable que disfruten antes de este servicio ciudades como Palencia, Lleida o Ciudad Real (con todos mis respetos a todas ellas). O la propia Orihuela, que difícilmente se habría podido subir a este carro si no se encontrara en el trayecto hacia Murcia, y cuyos viajeros necesita porque no tiene masa crítica suficiente para generar pasajeros que rellenen estos trenes.
Por eso nos ponen una solución combinada, de 'trenes lanzadera', que permita captar los viajeros de Murcia y Cartagena. Así que tenemos un AVE que no llega a la Región de Murcia, pero que hay que llenarlo con los pasajeros de la Región de Murcia, porque con los de Elche y Orihuela no se justificaría el trayecto, no se completarían los trenes. Y ya de paso se le escapa al ministro un tuit en el que dice que con esto se muestra «el claro compromiso del Gobierno con la llegada del #AVE a Murcia». Compromiso con Murcia, pero sin dejar que llegue a la nuestra región. Con sus viajeros, pero sin ponerle trenes.
Por si fuera poco, para no dejar escapar a estos usuarios, reducen el número de trenes que conectan a la Región con Madrid, forzándolos a utilizar este itinerario de transbordo obligatorio, con lo que se nos obliga a todos a realizar un viaje más incómodo y caro. Una vueltecica más de tuerca, si total...
Independientemente de todo esto, siempre hemos dicho que lo mejor de la alta velocidad para nuestra región no es tanto que podamos viajar nosotros sino que sirve para atraer visitantes, porque eso es lo que nos genera aquí actividad económica y empleo. La incorporación de Alicante a la red de ciudades AVE le supuso más de duplicar sus turistas en dos años, según el estudio del Colegio de Economistas. Incluso, en las previsiones socioeconómicas más conservadoras, es capaz de incrementar el PIB regional en medio punto por sí solo y crear más de 2.500 empleos el primer año, que buena falta nos hace sobre todo tras esta horrorosa pandemia. Pero con este conejo que se han sacado de la chistera eso no va a funcionar. Y si funciona, ¿qué primera impresión van a llevarse esos visitantes? No es esa la imagen que queremos trasladar de nuestra maravillosa tierra.
Ese es el problema de determinados dirigentes políticos. Que miran tanto el corto plazo, el encuadre de la foto y el abrazo fácil, que acaban percibiendo la realidad de una forma distorsionada. Han llegado a criticar el AVE en sí mismo, calificándolo de tren para ricos. Claro, hasta que han llegado al poder y ahora se ha convertido en una herramienta de progreso. Están tan acostumbrados a retorcer el lenguaje, a centrarse en 'el relato', que no son capaces de ponerse en la piel del usuario, del ciudadano que les vota, y se inventan ocurrencias como esta que harían sonrojar a cualquiera con dos dedos de frente que se aleje mínimamente del ruido político.
Y son capaces de parar un tren de futuro en las narices de toda una región, por pura propaganda. A espaldas de los intereses de todos los que habitamos en la Región de Murcia.