Los hay que envejecen bien y los hay que envilecen con la edad. Cuando uno ve a Maradona hecho un despojo, con una panza globular, ... una voz que apenas le sale del cuerpo y unas piernas que no le dan, no puede evitar un estremecimiento. Su última ocurrencia ha sido amenazar a Sorrentino por utilizar su imagen en su próxima película ambientada en Nápoles. Curioso, porque el director se ha mostrado siempre genuflexo y agradecido al argentino. Cuando apuntas a tus propios partidarios es que estás muy perdido. En realidad, la trayectoria de Maradona, empurpurada en otra época, ha quedado estercolada por el abismo que media entre pasado y presente. Cuenta Carmen Posadas en su biografía de la Bella Otero que la 'femme fatale' se retiró a los 46 años de la vida pública cuando vio que sus mejores días ya habían pasado, en un intento de preservar su mito. Algo parecido a lo de Brigitte Bardot. Se ve que Maradona nunca leyó nada de ellas.
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