Miguel Hernández vuelve a Murcia

El gran poeta oriolano viene a visitarnos, y lo hace a través del ciclo sobre su obra organizado por la Real Academia de Bellas Artes de Santa María de la Arrixaca , el Excmo. Ayuntamiento de Murcia y el Real Casino de Murcia. Hoy se presenta a las 19.30 en el Centro Cultural Las Claras Cajamurcia el libro '75 curiosidades de Miguel Hernández', escrito por José Manuel Carcasés, gran conocedor de la vida y obra del poeta. Este profesor y periodista cuenta en su haber con el Premio de la Crítica Literaria de la Comunidad Valenciana de 2011 por su ensayo 'Miguel Hernández, periodista' y antes, en 2010, fue ayudante de dirección de la obra escénica 'Se llama Miguel. Miguel Hernández'. Estamos, pues, ante un verdadero especialista en la materia, pero también ante un buen periodista, faceta ésta que se refleja de forma contundente en el libro que nos va a presentar.

Él denomina curiosidades a sus relatos, y es cierto que, a modo de cabos sueltos, sin una sistematización concreta o una rigurosa cronificación, narra anécdotas y sucedidos de la vida del poeta que sirven para conocerlo y aprehenderlo, para captar la esencia de una biografía comprometida hasta el final con la poesía y con sus destinatarios, los ciudadanos de todo clase. Ya lo dice Carcasés: «Por supuesto que este no es un libro más de los escritos por los muchos y excelentes investigadores y biógrafos de Miguel Hernández. No lleva notas a pie de página, no profundiza entre las vicisitudes de su vida, no cuenta con la meticulosidad de los datos excesivos, no analiza entre sus 'versos de estrofas cinceladas'». Porque quiere que «llegue el poeta del pueblo al pueblo que tanto amaba». Y es que Miguel Hernández fue poeta, dramaturgo y periodista; oficinista, futbolista, botones, músico, secretario, contable y cronista taurino de Espasa Calpe; religioso de joven y comunista a los 26 años; amante de su sencilla y casta esposa, de su apasionada Maruja Mallo y aún le «sobraba corazón» para la cartagenera María Cegarra. Tuvo como su mejor amigo a Vicente Alexandre y como enemigo a Rafael Alberti. Lo quiso con locura su madre y lo despreció hasta el olvido su padre. Impertinente y descarado y cinéfilo y simpático y apasionado y genio y amigo de sus amigos. Nació pronto, vivió deprisa y se fue a los 31 años. A quienes somos entusiastas de Miguel Hernández nos parece delicioso este libro, que coincidió con el 75 aniversario de su muerte y que ya ha sido presentado en Madrid y otras capitales españolas.

Este libro incorpora en algunas de sus secuencias un cuadro del pintor Santiago Ydáñez, muy considerado y premiado artista; mañana, jueves 13, se inaugurará una exposición de estos cuadros sobre aquellas curiosidades de Miguel Hernández, que se prolongará hasta el día 22 de marzo.

Pero hay más. El 27 de marzo y coincidiendo con el aniversario del fallecimiento del poeta, José Manuel Carcasés pronunciará una conferencia en el Real Casino de Murcia, con el título 'Miguel Hernández: de Murcia al Mundo'.

Culminará así el ciclo hernandiano que Murcia quiere ofrecer a los aficionados a las bellas artes y al público en general, procurando que se conozca algo más al poeta y en especial su vinculación con esta ciudad.

A un poeta que escribió que los vientos del pueblo le aventaban la garganta, que concibió su casa como una ciudad con varias puertas, a la aurora, a la tarde y a la noche, que narró cómo esperaba la muerte cantando en mitad de las batallas, como hacen los ruiseñores, y que quiso 'regresar' a su amigo ya inhumado, hay que calificarlo de inmenso. No se puede decir en español más de lo que él dijo, no se pueden trasmitir mejor en nuestro idioma las sensaciones de alguien que anudó a su recia vida su ingente obra, cargada de virilidad, de solidaridad, de esfuerzo y de compromiso social. Sus versos preñados de belleza hacen que Miguel Hernández sea la poesía en bruto.

Desde este diario, LA VERDAD, en el que Miguel Hernández inició su fama fuera de las fronteras de su pueblo en 1933 y donde José Manuel Carcasés comenzó su profesión periodística hace más de 35 años, además de descubrir varios inéditos del oriolano, es de merecido homenaje para nosotros, murcianos, rendirles reciprocidad a quienes tanto quisieron esta ciudad, acompañados del pintor de moda que también nos visita, otra vez, Santiago Ydáñez con sus caras, su atrevimiento, su internacionalidad y sus premios. Ellos son conscientes de que somos «murcianos de dinamita/frutalmente propagada» (Miguel Hernández).

Por todo ello, quiero convocar a los murcianos para que asistan a los distintos actos de este tiempo hernandiano en nuestra ciudad. Seguro que disfrutarán.