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No hay mejor aula que la naturaleza

Es preciso apostar decididamente por una educación que fomente el contacto de los niños con el medio ambiente, sobre todo a raíz de esta pandemia

Sábado, 24 de octubre 2020, 01:07

Más de ocho millones de niños y niñas de todo el país se han ido incorporando, gradualmente, a unas aulas que no habían pisado en más de seis meses. Lo hacían (y lo hacen diariamente) bajo el enorme reto de cumplir con unas normas sanitarias que aseguren la salud de toda la comunidad educativa, de los propios alumnos y, también, de sus familiares. Y todo ello bajo una pauta que no debemos olvidar: los niños, niños son, y como tal necesitan relacionarse entre sí para su desarrollo. En definitiva, un curso escolar que tiene como deberes buscar el equilibrio exacto para transcurrir con la mayor 'normalidad' posible. Sin embargo, si bien las medidas sanitarias son indispensables, también hay otras asignaturas pendientes a las que se debe prestar atención.

Los meses de confinamiento han revelado la gran necesidad de una mayor digitalización de las aulas para hacerlas más accesibles y flexibles, y no dejar a ningún alumno o alumna atrás. De igual –o mayor– forma, y para no sufrir lo que el escritor Richard Louv acuñó como 'Trastorno por déficit de naturaleza', es preciso apostar decididamente por una educación que fomente el contacto de los niños con el medio ambiente, sobre todo ahora que nos hemos dado cuenta de que la crisis sanitaria deriva, en gran parte, de nuestro comportamiento con la naturaleza y hay que establecer un contacto más estrecho y respetuoso con ella del que sacar valiosas enseñanzas.

Tenemos que abrir los ojos, tomar conciencia de que tenemos un papel activo en la naturaleza y darnos cuenta de que nuestras acciones tienen consecuencias directas sobre el medio ambiente. Por eso ha llegado el momento de aprender a cuidarlo y respetarlo, y para alcanzar este objetivo la mejor fórmula es una educación ambiental fuerte y transversal, algo que, afortunadamente, va calando entre nuestra sociedad.

Tanto es así que, según el estudio 'Jóvenes, educación y medioambiente', realizado por la firma More Than Research para Naturaliza –el proyecto educativo que empezamos a poner en marcha desde Ecoembes hace ahora cuatro años–, nueve de cada diez entrevistados consideran que la educación ambiental debe ser tratada como un instrumento fundamental en la sociedad para hacer frente a situaciones como la actual.

Así, en toda vuelta al cole –y no solo en la de este año–, tenemos que fomentar ese tan necesitado contacto con el entorno, algo que, desde Naturaliza, transmitimos a todos los docentes de España y que ya más de 1.000 han decidido poner en marcha: no hay mejor aula que la naturaleza. Enseñar al aire libre tiene múltiples beneficios, pues además de mejorar el desarrollo físico y mental de los alumnos y potenciar su autonomía, concentración y creatividad, permite generar un vínculo emocional con el entorno. Esto último es fundamental para poder adquirir una conciencia ambiental que permita cambiar nuestros hábitos en pro del medio ambiente. Cabe señalar que, durante este curso escolar, esta práctica cobra aún más relevancia, siendo incluso una de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) como medida de seguridad en los centros escolares.

Por eso, para llevar las clases al exterior y a su vez el medio ambiente a sus aulas, ofrecemos a los docentes la formación y recursos didácticos necesarios para que puedan enseñar en valores ambientales. Y todo ello sin que les suponga una mayor carga curricular, menos todavía en estos momentos en los que su trabajo se ha visto acrecentado.

La Covid-19 ha arrojado luz sobre la enseñanza con el medio ambiente como aula que, en países como Dinamarca, Bélgica o Escocia, forma parte del programa oficial. En España lo lleva tiempo defendiendo la Asociación Nacional de Educación en la Naturaleza de España, y esperamos que el Plan de Acción de Educación Ambiental para la Sostenibilidad en España 2020-2025 (PAEAS) impulsado por el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico también lo recoja.

Tenemos ante nosotros la oportunidad y la necesidad de imaginar la escuela del futuro. Debemos seguir ese camino. Resulta de vital importancia transmitir valores como la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente desde la infancia, a la vez que apostar por una educación distinta, que fomente un acercamiento de los niños a su entorno natural. La educación ambiental es la herramienta más poderosa que hay para transitar hacia un futuro –y un presente– en el que tomemos conciencia de que vivimos en un planeta con límites y que dependemos de la salud de los ecosistemas.

Entonces, ¿por qué no aprender las eras de la historia bajo unos abetos o contar qué hemos hecho el verano sentados en un jardín? Apostemos por entornos de aprendizaje abiertos, flexibles e innovadores que fomente un acercamiento de los niños a su entorno natural para que no sean diagnosticados de ningún déficit.

Una educación distinta es posible, una impartida bajo un techo azul con nubes blancas en la que los niños aprendan, además, a desarrollar su autonomía, creatividad y conciencia ecológica.

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