Cada ser humano es único e irrepetible. En paralelo a la máxima aristotélica de que 'el todo es mayor que la suma de sus partes', ... cada uno de nosotros somos un todo altamente complejo mayor que la suma de las partes corporales. Verlo de otro modo nos aboca al reduccionismo, ya que no solo se debe tener en cuenta la dimensión física, sino otras dimensiones como la psíquica, la social o la espiritual, que son decisivas en el equilibrio y en la armonía de la vida humana.
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Igualmente, más allá de la perspectiva biológica corporal y de la psicológica, se establece la perspectiva sociocultural, que es esencial al plantear la situación del ser humano en el mundo y su necesidad intrínseca de vivir en sociedad. Y, a estas perspectivas biológica, psicológica y social se les añade la espiritual, ya que la mente humana, por la interacción del inseparable binomio mente y cuerpo, además de gestionar las emociones, alejándose de los instintos, desarrolla sentimientos y tiene capacidad de autorreflexión, de introspección, de trascendencia, de toma de decisiones racionales complejas, de autoconciencia y de conciencia de su entorno, visible y no visible, en virtud de las aptitudes humanas de abstracción y de representación simbólica.
Si el ser humano es un todo único, de múltiples dimensiones, y que biológicamente es mujer y hombre y es diverso a lo largo de la vida, necesariamente el concepto de salud debería ser estudiado e interpretado de forma holística y, diferencialmente, en ambos sexos biológicos. En pie de igualdad, se deberían considerar la perspectiva etaria (de edad) y la perspectiva de género, entendiendo el género según la definición de la OMS, es decir, el concepto social de las funciones, comportamientos, actividades y atributos que cada sociedad considera apropiados para los hombres y para las mujeres, y que determina su conducta (femenina o masculina) y su forma de estar en el mundo. No obstante, al hablar de salud femenina se tiende a entender únicamente aspectos específicos de salud relacionados con cuestiones ginecológicas y/o reproductivas. Por ello, se exige un cambio de paradigma con visión integral de todo el organismo y de todas las especialidades médicas que, tradicionalmente, han sido estudiadas solo en los varones.
El término holismo proviene del vocablo griego 'holikos' que quiere decir todo, completo e íntegro. El holismo enfoca la salud personalizada de los pacientes de forma dinámica haciendo hincapié en la atención humanizada. Se tienen en cuenta su cultura, sus costumbres, sus formas de vida y sus circunstancias sociales y económicas ya que, en los nuevos conceptos de salud, centrados en la persona, se entiende que los factores interseccionales están interconectados siendo determinantes de la salud y de la enfermedad. Es una visión contraria a la de Descartes, cuando afirmaba que el cuerpo es una máquina que funciona independiente de la mente.
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Aunque en la visión holística la persona es un todo integral (cuerpo, mente y espíritu), con perspectiva de edad y de género, lamentablemente, para poder entender fenómenos biológicos complejos de salud y de enfermedad, la ciencia médica tradicional ha seguido una metodología positivista. Por ello, a pesar de que el conocimiento biomédico ha avanzado, los métodos han sido reduccionistas centrándose en la salud de varones jóvenes e ignorando la salud de las mujeres y de las personas mayores. Ahora, en el siglo XXI, la investigación biomédica desarrolla una perspectiva holística teniendo en cuenta ambos sexos biológicos, desde el nacimiento a la vejez avanzada, y las circunstancias psicosociales, económicas, culturales y ambientales de cada individuo. Así, desde el punto de vista científico, el enfoque holístico, que busca el bienestar considerando a las personas en su totalidad, se aleja de la medicina reactiva, que solo trata síntomas, y se centra en la prevención y en la predicción, antes de la aparición de síntomas, porque se pretende evitarlos y que o no aparezcan o que lo hagan dilatándose en el tiempo de la vida. Pero, una vez que surgen síntomas, el enfoque holístico analiza a la persona en su totalidad indagando las causas y consecuencias en todo el organismo, como base de la medicina personalizada y de precisión.
No debe confundirse el término holístico con la utilización que se está dando en la difusión de pseudoterapias y pseudociencias alternativas a la medicina científica. El holismo, como concepto, es parte intrínseca del futuro de la medicina y, de forma personalizada, contribuirá al desarrollo de la medicina de género y a identificar los signos y síntomas propios diferenciales de mujeres y varones en todas las etapas de la vida, su forma y características de estar sanas y sanos, y también las maneras de enfermar y de reaccionar a los diferentes tratamientos.
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