El viejo truco para montar una guerra
LA ZARABANDA ·
No es la primera vez, ni la última, que lo utilizan los sátrapas del mundoLa información que nos sirven sobre lo que está ocurriendo en Ucrania es penosa. Y todavía se sigue diciendo que vivimos tiempos en que todo ... el mundo está más y mejor informado que nunca. La televisión nos ofrece muchos aspavientos, pero el fondo de la cuestión viene a ser el mismo de otras veces.
Tras la caída de la URSS, los ucranianos decidieron independizarse de Rusia. Como suele suceder, dentro del territorio independizado hubo dos núcleos de prorrusos, constituidos en repúblicas. Pronto empezaron los rifirrafes entre Ucrania y esas dos nacionalidades (Donetsk y Lugansk). En 2014 se firmó el Protocolo de Minsk, capital de Bielorrusia. Allí se acordó, con el visto bueno ruso, un status de convivencia que, según Putin, no se ha respetado por los ucranianos. El argumento de ayudar a los amigos perjudicados, verdadero o no, ha servido de excusa para atacar Ucrania.
Es la misma película de siempre. En su día, Corea del Norte y Vietnam no fueron invadidos por lerén-lerén, sino que los rusos acudieron a echar una mano a los de su cuerda. En ambos casos, Estados Unidos entró en guerra para socorrer a los del bando contrario. Las grandes potencias dicen ser los 'buenos' que velan por la seguridad de las naciones modestas que les son afines. Todo el mundo sospecha que la proclama de que van en misión de socorro es un camelo. Pero la propaganda de los más poderosos no deja de insistir en su papel de salvadores.
Estos choques digamos locales se descontrolan con frecuencia, generando guerras terribles. Una vez metidos en pelea, si a cualquiera de los enfervorizados lideresos se le va la olla y decide apretar el botón nuclear, puede montarse un pifostio de una tal naturaleza que no salgan vivas ni las cucarachas.
Rusia está jodida porque Ucrania, conocida como 'el granero de Europa' (estando más que harta de tragar 'democracia' soviética), decidió separarse y arreglárselas por su propia cuenta. Para 'le petit' Putin, cualquier excusa es buena con tal de recuperarla. Así evita que se arrime a la OTAN, probabilidad que saca de quicio al dirigente ruso.
En fin, miserias son estas propias de la condición humana.
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