La telemática como coñazo
LA ZARABANDA ·
Los avances digitales martirizan a un sector de la poblaciónPasarse en algo no es prosperar. Cuando la telemática digital, ahora triunfante, se empecina de forzar las capacidades del ser humano (que son cambiantes en ... función de la edad), lo que resulta no es progreso, sino fracaso puro y duro.
Ya, ya sé que los niños se zambullen en el móvil y el ordenador como pez en agua. Los viejos contemplamos con la boca abierta a nuestros nietos, trasteando con pericia y rapidez los modernos chismes informáticos. Visto lo cual, el 'sistema', el 'mando', la 'superioridad' o como queramos llamarlo nos toma a todos por críos. Y encomendándose únicamente al mandato del consejo de administración, decide imponer al conjunto de los ciudadanos una férrea política tan post-post-post-moderna, que casi la mitad del censo se cae materialmente de culo.
–Le digo a usted que, a partir de cierta edad, constituye una putada. Con todo y con eso proclaman, tan 'arbullosos' ellos, que las ciencias han adelantado que es una barbaridad, a ver si me comprende usted.
Está claro. Lo que no puede ser es que, en aras de lo que se lleva, nos metan los dos pies por un calzón. No se trata solo de que uno sea más o menos hábil en el manejo de lo digital...
–Siempre habrá personas que, más allá de comer con los dedos y atarse los cordones de los zapatos, se sientan desasistidas.
Yo tuve ocasión de ver, en el aeropuerto de Madrid, a un matrimonio anciano que intentaba elegir asiento en el avión, tecleando en una máquina. Observando su zozobra y desamparo, te entraban ganas de llorar. También se da en todo esto otra circunstancia, que es de índole todavía más cabreante. Aludo a ciertos 'pogramas' que, por mucho que consigas hacer las cosas correctamente, no responden. Y ya entonces se junta el hambre con la ganas de comer. La Autoridad ha logrado volar más que correr, tocante a la telemática. Así se estimula (sucede siempre) hacer negocio como sea, algo que suele contar con un montón de adeptos.
Cuando hay que utilizar a la vez el ordenador y el móvil, la cosa se nos acaba poniendo feísima. Los más sensatos se ven en la necesidad de arrojar ambos artilugios al retrete.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión