Un planeta irresponsable

Quizás ocurra que existen otras esferas como esta nuestra (y también habitadas) en la bóveda celeste. A lo mejor no. Pero, de haberlas, ¿qué pensarán de nosotros, si por un casual nos estuvieran viendo? Digo si nos mirasen durante este concreto tiempo de pandemia. De poder observarnos, será porque son más inteligentes que el perro, el gato y nosotros los terrícolas. Desde acá, como estamos más atrasados, no los vemos a ellos.

–¿Usted cree que nos vigilan?

Pues, hombre, caso de existir, seguro que sí. Los ciudadanos somos objeto de vigilancia. Sobre todo aquí en la Tierra. Quienes, no diré que detentan, sino que ejercen el poder pseudo democráticamente adquirido, están al loro de nuestros movimientos. (A eso lo llaman en Jumilla licinciar). Los ciudadanos con etiqueta de normales vamos por la vida como el perro y el gato. Preferimos no pensar las cosas, no calentarnos la cabeza. Que hay que usar mascarilla, pues no. Que conviene guardar las distancias, pues no. Que se deben evitar las reuniones, aunque sea entre familiares, pues no. Que no hay que organizar fiestuchos, bañados en alcohol, droga y morreo, pues no.

–Parece una letanía, jefe.

Pues sí. La letanía del que vive al desgaire, sin respetar a los otros, ni a sí mismo. Peor aún que el perro y el gato. Mientras tanto, el chorreo de muertos no cesa. Pero los que mandan no se atreven a sacar las ristras de ataúdes en los informativos. Todos los días (también los festivos, fíjate) hay en el planeta miles de muertos. Y tampoco nos dicen cuántas 'propuestas de sanción' (como llaman a esas multas descafeinadas) han cobrado desde que empezó la pandemia.

Si desde otras esferas habitadas por extraterrestres sensatos nos mirasen por un agujerico, dirían: «¡Vaya una panda de impresentables!». Por eso no vienen a vernos. ¿Cuánto hace ya que no hay platillos volantes?