¿Pero esto qué 'eee'?

Eso nunca se sabe. Hay gente que, a la hora de elegir mascota, prefiere los bichos raros. Aunque esa afición no está permitida por Moncloa.

–Ni por Moncloa, ni por el Bundesregierung alemán.

Cuidado. Que estamos hablando del camaleón irracional, no del camaleón humano que se da principalmente en política.

–Usted alude al que se cambia de chaqueta como si nada.

Correcto. Estos últimos abundan por todas partes. Los otros, los de verdad, seguro que escasean. Por eso me sorprende que, en cuatro días, nos hayamos cargado nada menos que diez ejemplares. Van a comentar quienes nos juzgan desde fuera que los de aquí de Murcia padecemos furia exterminadora. Antes de acabar con todos los peces del Mar Menos, ya nos hemos liquidado casi una docena de camaleones. Bien mirado, una depredación en toda regla.

En este caso parece que la matanza se debe a que no circulamos con los coches a la velocidad adecuada. Digo esto porque quiero creer que, en el caso de los camaleones, no hemos ido directamente a por ellos. Quiero decir sabiendo lo que hacíamos, vaya. Ha sido por conducir a más velocidad de la ordenada. Para evitar matar a un camaleón, no tienes más remedio que ir a veinte kilómetros/hora. O sea con un cuidado que, por lo visto, a muchos les resulta insoportable.

Hay que circular igual que por San Nicolás y Riquelme. Despacio y selectivamente a partir de septiembre.

–Pero en San Nicolás y Riquelme no hay camaleones.

¡Hombre! En el casco antiguo, que es del Paleoceno, tiene que ser así. Y más en estas dos calles señeras, que están pegadas a la zona de la tascas. Lo que tenemos que hacer, lo mismo en la Murcia vieja que en el Mar Menor, es ser más responsables. Así no mataremos ni peces, ni camaleones.

(Y no me vengan con que el camaleón no evita el peligro, teniendo como tiene unos ojos que cada uno le funciona por su lado. En solitario y a su aire. Algo francamente espectacular).