Boris, el Engrifado
LA ZARABANDA ·
Pero, con todo y con eso, ha vacunado a más gente que otrosBoris Johnson me cae más bien que mal. Creo que ello se debe a esa movilidad suya, un tano trepidante, que caracteriza a Groucho. Ese ... ir y venir suyo (unas veces como dando, otras veces amagando, casi siempre esquivando) que le proporciona una movilidad que lo hace ameno. Muestra un rostro tirando a risueño más que a ceñudo. Y eso me lo hace más simpático que aborrecible. Y luego está lo del pelo, que es tremendo. ¿Cómo puede ir un hombre tan despeinado por la vida?
Seguro que antes de salir de casa con su lady para ir a una cena de oficial, le dirá: «Espera un momento, querida, que voy a despeinarme un poco más». Y ella responderá: «¡Pero si vas muy bien despeinado!». Y él, de nuevo: «Son los ojos con los que tú me miras». Así es que se meterá en el cuarto de baño (pues semejante engrifado requiere un espejo) y removerá los pelos con ambas manos, como si se quitara avispas de encima.
–¿Y qué interés tiene para los de aquí de Murcia el despeinado de Boris Johnson?
Lo más probable es que ninguno. Pero sucede a veces con ciertas temáticas que, aun siendo anodinas, lo llaman a uno como la tórtola al tórtolo. Y también porque, después pasarse cualquiera más de un año oyendo y leyendo sobre lo mismo (el puto virus), llega el momento en que, si no paras, revientas. Además, este personaje (tan diferente de Enrique Cerezo a la hora de colocarse los pelos) no engaña a nadie. Se despeina y camina por la política a saltitos, como si jugara al pum de pillar, obviando las tiesuras que impone la política. Boris no funciona como un líder estático y menos aún hierático, sino como un rubiales adolescente y revoltoso, pero aprobado en inocencia. En España no tenemos todavía ningún espécimen parecido.
–¿Y sería bueno tenerlo?
Yo diría que sí. Hoy en día, el pelaje de los políticos españoles lo veo pretencioso por mimetizado. El Arriba España de cuando Franco es ahora una gigantesca ola de pelo frontal, que pide a gritos un surfista avezado. (Tenemos ahora casos más particulares a los que, por precaución, no aludiré).
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión