Un nuevo periodo político
Estos tiempos de posible cambio de ciclo son realmente dramáticos para los dos líderes del PSOE y del PP
En muchos ámbitos de la sociedad española, en este año de 2023 se está planteando la pregunta de si los procesos electorales de mayo y ... diciembre van a significar, o no, un cambio de ciclo político. Los dirigentes del PP están seguros de que ese cambio se va a producir. Se basan en las encuestas, y en ciertas y difusas sensaciones que se detectan en la sociedad, y que permiten augurar una derrota de las izquierdas, y una victoria, más o menos apurada, de los partidos de la derecha y del centro derecha. Esta certeza de éxitos electorales ha determinado que la portavoz parlamentaria, Cuca Gamarra, haya acuñado la expresión, no muy lógica ni muy precisa, pero sí muy llamativa, de que el PP va a «derogar el sanchismo». Las leyes se derogan, pero a las corrientes de opinión se les puede vencer, pero no derogar. La señora Gamarra debería manejar con más precisión la lengua española.
Además de las encuestas, y de los entusiasmos de la señora Gamarra, hay otros indicios que ponen de manifiesto de modo inequívoco que el PP 'huele' ya a poder. Uno de ellos es que un grupo de fiscales invitaron a Feijóo a una reunión. Como era lógico, el presidente del PP no podía rechazar esta convocatoria. En esa reunión, Feijóo habló de que, si llega a La Moncloa, va a derogar muchas leyes aprobadas en esta legislatura. No ha trascendido a qué leyes se refería, ni cuántas serían. Y ya veremos si, llegado el caso, Feijóo puede cumplir esas promesas. No sería la primera vez que un político, al llegar a La Moncloa, se olvida de lo que prometió. En cualquier caso, es importante, y muy significativo, que un grupo de fiscales se reuniera con el jefe de la oposición. Seguro que alguno de ellos habrá presentido el cambio de ciclo.
Otro indicio de que el PP puede ganar es la actitud de la CEOE en relación a la política de rentas. La inflación ha determinado que los trabajadores pierdan poder adquisitivo. Es preciso, y urgente, que las organizaciones empresariales y los sindicatos pacten las líneas maestras de una política de rentas que permita subir los salarios en aquellas empresas cuyos beneficios se hayan incrementado. Sin embargo, la CEOE se muestra escéptica con respecto a este pacto. Parece como si estuviera esperando a que haya un nuevo Gobierno para avanzar en la negociación. Y, mientras tanto, no les preocupa en absoluto que se pudiera avecinar un otoño caliente, de protestas, manifestaciones y huelgas, pues el malestar social perjudicaría a Pedro Sánchez y beneficiaría al candidato Feijóo.
Hay indicios que ponen de manifiesto de modo inequívoco que el PP 'huele' ya a poder
Hay también en Bruselas indicios de este posible cambio. El presidente del PP europeo, señor Weber, no hubiera salido en defensa de la política del PP en relación a Doñana si no estuviera seguro de que en diciembre se culminará en España el cambio de ciclo.
Sin embargo, los socialistas no se resignan a la derrota. Pedro Sánchez no da la imagen de haberse rendido. La cara, los gestos, las palabras y la actitud de Pedro Sánchez no se parecen en absoluto a las que tenían Rodríguez Zapatero o Pérez Rubalcaba antes de ser derrotados por Rajoy. No, ni mucho menos. Pedro Sánchez ni tira ni va a tirar la toalla. Por el contrario, multiplica su activismo. Y ha impulsado una movilización inusitada, y hasta sorprendente, de todos los aparatos provinciales del PSOE. Pedro Sánchez sabe que, si en mayo los socialistas no pierden la Comunidad Valenciana, y son capaces de ganar alguna alcaldía importante, como la de Barcelona, habrán dado un gran paso para intentar ganar las generales. Y así, todos los dirigentes del PSOE están desarrollando una actividad frenética. Nos recuerdan todos los días los éxitos de la política económica del Gobierno, para frenar los efectos de las crisis provocadas por la pandemia y la guerra de Ucrania. Y, al mismo tiempo, destacan y subrayan los errores del PP, desde el obstruccionismo a la renovación del CGPJ, a la inexplicable torpeza de Doñana.
Y algún efecto tiene que estar causando este activismo desenfrenado de Pedro Sánchez y su equipo. En los sondeos de opinión que maneja Génova 13 se aprecia últimamente la inversión de una tendencia. Ya no está tan claro que el PP vaya a barrer en las elecciones. Por eso Feijóo atempera las expectativas, y le dice a su comité ejecutivo que el PSOE va a resistir en las autonómicas y locales, porque tiene buenos candidatos. Y actualmente Feijóo se conformaría con ganar la Comunidad Valenciana y alguna alcaldía emblemática, como la de Sevilla.
En fin, estos tiempos de posible cambio de ciclo son realmente dramáticos para los dos líderes del PSOE y del PP. Es fácil suponer que los estarán viviendo con mucha intensidad. Personalmente, se juegan su futuro. Si Pedro Sánchez pierde la presidencia del Gobierno, difícilmente sobrevivirá como secretario general del PSOE. Y si Feijóo no alcanza La Moncloa, lo más probable es que tenga que dimitir como presidente nacional del PP.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión