El empoderamiento de la Atención Primaria
Debemos quedarnos más con 'lo positivo', conociendo cuáles son las debilidades del sistema
El término empoderamiento utilizado en la actualidad por la afición sólo significa «hacer poderoso a un desfavorecido». Esta situación hay quien la relaciona constantemente con ... la Atención Primaria de Salud (APS) y su anterior pertenencia a este pelotón de desfavorecidos en el sistema sanitario. En mi opinión, hace 40 años la transformación del modelo más cercano al ciudadano partía de condiciones que solo los que tenemos una edad podemos afirmar que eran lamentables. Se hizo un gran esfuerzo y se consiguió un espacio nuevo de dignidad y futuro sanitario.
Desde 1985, bajo la puesta en marcha de los centros de salud, la transformación de la APS ha sido espectacular en recursos humanos y materiales y presencia social. El público sabe dónde se encuentra su consultorio y los profesionales que les atienden. Proximidad y cercanía ofrecen nuestra organización de APS. Y siempre en la búsqueda de la excelencia.
Creo que los profesionales de la Atención Primaria y, en especial, los médicos de familia han sido punta de lanza en la creación de objetivos y en la renovación de la 'cartera de servicios' que se ofrece a las personas que acuden a nuestros centros. Quiero referirme a las administraciones postpandemia y a los acuerdos que se firmaron con sindicatos y profesionales, donde se elaboró la EMAP (Estrategia de Mejora de Atención Primaria 23/26) y donde se recogen los objetivos de la organización y su desarrollo. Firmados por el presidente regional, sindicatos y organizaciones, fue aceptada mayoritariamente por el cuerpo de Atención Primaria. En algunos puntos llegamos tarde.
Los médicos de familia han sido punta de lanza en la creación de objetivos y en la renovación de la 'cartera de servicios'
«¡Tú eres muy malo! ¡Siempre negativo, nunca positivo!» (Van Gaal)». En mi opinión no debemos instalarnos profesionales y sanitarios en general en lo negativo de nuestra actuación diaria ni en la relación con nuestros directivos. En el pensamiento de que esta es la mejor fórmula de que atiendan nuestras reivindicaciones, hay que pensar que el público es consciente de estas discusiones y asume que el sector público –en este caso el sanitario– está entre otras cosas para golpearlo, a veces sin sentido ninguno, pero sí desmereciendo todo lo realizado.
Los que me conocen saben que he enarbolado banderas reivindicativas desde que comenzó esta propuesta sanitaria (reforma de la APS). Con aciertos y errores, pero siempre con la limpieza de dedicarme en cuerpo y alma a esta empresa. La conclusión es que uno, a veces, no lleva toda la razón; así es que, calma, reflexión y acción.
Muchos reivindicamos la autonomía de la Atención Primaria en el marco del SMS que, por pura necesidad, evolucionará a una Gerencia de Atención Primaria con presupuesto autónomo y que diseñe sus estrategias. Por ejemplo, llegar al 25% del presupuesto sanitario. El mundo profesional ha dado respuesta ejemplar ante la ausencia de recursos humanos en APS para completar el trabajo, asumiendo doblar consultas y otras circunstancias que, sin duda, empeoran la calidad de nuestro trabajo y que el público asume solo en parte. Quiero concluir indicando que, de la crítica permanente, hay que valorar su utilidad y, a ser posible, deberíamos utilizarla para crear un cuerpo de doctrina lo suficientemente aclaratorio de qué es lo que queremos y cómo podemos conseguirlo; por supuesto, sin olvidar nuestro día a día.
Estuve en la apertura de curso de la Real Academia de Medicina y Cirugía de la Región y se volvió a colocar la necesidad de introducir cambios tanto en la Atención Primaria como en el hospital. Solo quisiera saber qué es lo que se propone. Debo entender que manteniendo el servicio público. Por cierto, un entrañable abrazo al doctor Manuel Clavel por su insigne condecoración, y no menos al doctor Faustino Herrero, por su excelente discurso sobre la Cruz Roja. A ambos, mi enhorabuena.
Los cambios son previsibles y necesarios. La pluripatología de pacientes, el envejecimiento, la fragilidad, las funciones de Enfermería y cómo mejorar nuestras relaciones con el hospital, la nueva y cada vez más apabullante tecnología, cómo introducir la digitalización en nuestro trabajo y en nuestros pacientes (Portal del Paciente)... y así un montón de aspectos deben tenerse en cuenta y mejorarse. Así es que las administraciones y sus servicios de planificación deben asumir los cambios y la necesidad de sumarse a ellos de forma proactiva y no esperar a ver lo que sucede.
Por ello es por lo que trato de transmitir que debemos quedarnos más con 'lo positivo', conociendo cuáles son las debilidades del sistema, marcando propuestas distintas que nos hagan empoderar el modelo de AP.
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