Uva de mesa y Aledo
Fue durante muchos siglos bastión fronterizo entre musulmanes y cristianos, y testigo de importantes batallas
La villa de Aledo es uno de esos bellos municipios que tiene nuestra Región y que. A pesar de estar cargado de una historia singular ... y destacada, le persigue la amenaza de pasar a engrosar el listado de lo que venimos denominando la España despoblada o vaciada. Por su emplazamiento, delimitado en tres de sus cuatro lados por barrancos escarpados, fue, durante siglos, bastión fronterizo entre musulmanes y cristianos, siendo testigo de importantes batallas, de las que destaco la que se produjo en los tiempos del rey Alfonso VI de León, que supuso el segundo destierro para el Cid Campeador por no presentarse en el campo de batalla, dejando así colgado al citado rey. También destacó la llamada batalla de Los Alporchones, entre Lorca y Aledo, cerca de la rambla de Biznaga, batalla decisiva donde los ejércitos cristianos derrotaron a los almorávides, y en la que participaron varios caballeros de Aledo.
Cuando la Taifa de Murcia se incorpora al Reino de Castilla, Aledo pasó a pertenecer a la Orden de Santiago. Fue a partir de ese momento cuando sufrió su primer despoblamiento, ya que su peculiar orografía parece que solamente estaba destinada a ser un fortín en tiempos de guerra. Uno de los primeros vecinos de Aledo que se desplazó a vivir al «arrabal de Totana» fue su alcaide, pues Totana era, es, una tierra llana, fértil y bien comunicada. Ese cambio de domicilio desde Aledo a Totana fue tan importante que en 1533 pasó a ser la sede de la encomienda de la Orden de Santiago y de su Concejo local. En un intento de frenar ese cambio de domicilio, el papa Julio III, en 1553, concedió a la Orden de Santiago indulgencias plenarias para los repobladores de Aledo, con cesión de tierras a sus colonos. Aun así, a finales del siglo XVI, la gran mayoría de los aledanos trasladaron su domicilio a Totana. Finalmente, en 1793, Totana pasó a convertirse en municipio independiente de Aledo.
A finales del siglo XIX y principios del XX, los pocos habitantes de Aledo tuvieron que desplazarse a tierras fértiles para poder faenar y ganarse el sustento. De hecho, Aledo conserva una tradición singular como es la celebración del Corpus Christi en el último domingo del mes de agosto anterior a la festividad de San Agustín (su patrono), y esto es así porque Aledo se quedaba despoblada durante los meses de abril, mayo y junio, pues un importante número de sus habitantes se desplazaban a ciudades y pueblos lejanos para trabajar en la siega de cereales.
Avanzada la segunda mitad del siglo pasado, Aledo comenzó a recuperar su dinamismo económico gracias al cultivo de uva de mesa. La variedad Aledo es la más característica. Sin embargo, esa variedad, aun teniendo su origen en Aledo, fue posteriormente cultivada en el Valle del Vinalopó, donde ha adquirido fama por haberse convertido en la uva tradicional de la Navidad. Las autoridades de los municipios que conforman el Valle del Vinalopó no tardaron en registrarla con Denominación de Origen propia, de tal manera que la primigenia variedad, que se sigue produciendo en Aledo, no puede llevar su nombre, conociéndose desde entonces como variedad dominga. Otra variedad que se produce con éxito en Aledo es la red globe. Originaria de California, se ha adaptado perfectamente al microclima de Aledo, de tal manera que es el único lugar de la Región donde realiza todo su proceso de maduración, adquiriendo su color rojo-negro final de forma natural. Esta variedad contiene importantes cantidades de resveratrol, sobre todo en su piel y semillas (piñuelos), que es un potente antioxidante, así como otras importantes propiedades benefactoras para el cuerpo humano. Pues bien, desde hace años también se está cosechando en el Valle del Vinalopó y, asimismo, no han tardado en incluirla en su Denominación de Origen.
Es el momento de que Aledo comience a recuperar un merecido protagonismo en lo referente a la uva de mesa. Creo no equivocarme si digo que el 95% de su población vive de la uva que producen. No habrá mejor ayuda para volver a evitar su despoblación que solicitar a las autoridades competentes la Denominación de Origen Aledo o Identificación Geográfica Protegida (IGP) para todas las variedades de uva de mesa que se cosechan en esa noble villa. Es el momento de que los organismos competentes apoyen decididamente a que Aledo deje de formar parte de esos municipios despoblados o vaciados. No hay mayor ni mejor inversión para los habitantes de Aledo que relanzar su economía básica, que no es otra que su excelente uva de mesa.
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