Cambio de mentalidad
Nadie nos va a regalar nada, y menos a una región pequeña, periférica y mal comunicada como esta. Así que más nos vale actuar desde la unidad
Cuando toca hacer balance del año, y ya son unos cuantos los que llevo haciéndolo desde las páginas del diario LA VERDAD, me doy cuenta ... del escaso margen de mejora que en esta región experimentamos según avanzamos de una anualidad a otra, aun a pesar de las fortalezas con las que contamos. Basta un somero repaso a los asuntos pendientes para confirmarlo.
Ahora se cumplen doce meses desde la entrada en funcionamiento del AVE Madrid-Murcia, sin duda un punto de mejora importante en comunicaciones, pero el resultado no es satisfactorio por las escasas frecuencias. El impacto de la alta velocidad que tanto anunciábamos en estudios preliminares no ha sido tal. Tampoco el aeropuerto de Corvera presenta las cifras deseadas. Su grave problema de conectividad a la hora de acceder o salir del mismo es un hándicap que se tiene que solucionar de inmediato. De lo contrario, los murcianos y los visitantes de la Región seguirán optando por Alicante.
Dos muestras de un universo donde sigue copando protagonismo también la falta de recursos hídricos por la ausencia de una política nacional valiente que ninguno de los gobiernos centrales ha sabido o querido desarrollar. Pintan bastos con el actual Ejecutivo, que ha recortado paulatinamente las aportaciones del Trasvase Tajo-Segura y no ha puesto sobre la mesa sus prioridades en esta materia.
La infrafinanciación es sin duda otro escollo importante para el desarrollo regional, como lo es la hipoteca que para los Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma supone el gasto en salud y educación, que no deja apenas margen a la inversión productiva.
Esta región tiene un problema que debería corregirse ahora que llegan los propósitos de año nuevo. Cambiar una mentalidad a veces provinciana y demasiado doméstica, dejar atrás actitudes acomplejadas y timoratas y construir un proyecto convencidos de nuestras posibilidades tienen que ser objetivos irrenunciables. Nadie nos va a regalar nada, y menos a una región pequeña, periférica y mal comunicada como esta. Así que más nos vale actuar y hacerlo desde la unidad, como sucede en las organizaciones empresariales.
Soy consciente de que no todas las demandas tienen ámbito autonómico, por lo que se hace más necesario que nunca, imprescindible diría yo, el entendimiento. Lo dijimos en nuestro documento de prioridades empresariales entregado a todas las fuerzas políticas antes de las elecciones autonómicas y municipales, y lo vuelvo a decir ahora. El partidismo y el cruce de declaraciones y acusaciones son enemigos del interés general y cansan al ciudadano. Lo que queremos ver son resultados y que existe un proyecto que admite la crítica legítima y la mejora, pero avanza.
Mientras eso no suceda seguiremos estancados y con avances mínimos. Las empresas saben superar malos momentos con trabajo, dedicación, innovación y hasta imaginación. Y teniendo claro que todo el equipo tiene que sumar para alcanzar las metas planteadas. Esta región no se puede permitir perderse en dinámicas tan poco constructivas que no llevan a ningún lado.
Sabemos de nuestras fortalezas, pero nos quedamos a medio en algunos planteamientos. El más evidente, el que tiene que ver con la política turística. El potencial de nuestra oferta multiproducto es incuestionable, pero la dotación presupuestaria es insuficiente para dar el salto cuantitativo y cualitativo que necesita el sector para revolucionar la economía regional. Seguimos echando de menos mayor arrojo y ambición en las previsiones de turismo, que está llamado a ser un eje básico sobre el que pivote el crecimiento de la Región. Así será siempre y cuando se piense en él como una industria que hay que presupuestar en condiciones.
Me quedan unos meses de presidente de Croem. En noviembre de 2013 asumí el gran honor de representar a los miles de empresarios y empresarias de esta región, que goza de un poderío emprendedor fuera de toda duda. Si nos hubiésemos dejado llevar por el conformismo, no habríamos sido capaces de generar la riqueza y el empleo de los que gozamos hoy. Las organizaciones empresariales nos negamos a ello y en el tiempo que me queda al frente de la que es referente, la confederación regional, no vamos a bajar la guardia.
Seamos ambiciosos, cambiemos la mentalidad y alejémonos del conformismo para que, entre todos, unidos, hagamos de 2024 un año más productivo.
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