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Una ventana abierta al tercer sector

El síndrome de Procusto, la pandemia nacional

Vivimos prisioneros de nuestro sistema de creencias, perdiendo de manera aterradora una de las características más nobles del ser humano: la empatía

Jueves, 17 de octubre 2024, 00:48

La mitología griega menta a Procusto. El bandido y posadero del Ática tenía, apartada en las colinas, una casa donde ofrecer refugio al viajero solitario, ... quien podría descansar de su peregrinación en alguna de sus camas de hierro. Estando el caminante dormido, era amordazado y atada cada una de sus extremidades a las patas del lecho. Si el cuerpo del viajero era más largo que la cama, procedía a aserrar las partes salientes del cuerpo: ya fueran pies, manos o cabeza. En el caso de que el cuerpo fuera más pequeño del estándar de la cama, lo estiraba y descoyuntaba hasta que encajara en el tenebroso catre.

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