Poco dinero gastó el golpe

Domingo, 16 de noviembre 2025, 07:13

Llevamos muchos años esperando a que la Unión Europea haga algo respecto a la destrucción del Estado de Derecho en España, y esto es lo ... que hace: el abogado del Tribunal de Justicia de la UE ha avalado esta semana la amnistía al golpismo catalán, incluido el dinero gastado para golpearnos.

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El tema puede venderse como quieran nuestros europardillos. Podemos entretenernos en alguna tosecilla con voz queda que le ha dado el picapleitos burócrata a quisicosas puntuales del golpe, pero lo esencial de la pésima noticia para España es esa. El abogado eurócrata dice que adelante con la autoamnistía que se concedió a sí mismo el presidente Sánchez. La hoja de ruta para hacer de España una anomalía institucionalizada (la tolerada excepción europea, no precisamente el «different» turístico que inventó Manuel Fraga), está totalmente despejado. Los que aún nos sentimos españoles no vamos, gracias a los sepias de la Unión Europea, a tener pronto ni suelo donde caernos muertos. Parecen ya excesivas las veces en que esta Unión Europea, entera o por partes, se pronuncia en contra no sólo de los intereses de España como país, sino de la existencia misma de España como Estado de Derecho, unitario e igualitario –en igualdad de condiciones con los demás estados europeos pero sobre todo igualitario entre sus connacionales–. Un camino degenerado en el que aceleramos ya, sin obstáculos reseñables, «cuesta abajo en la rodada/ mis ilusiones pasadas/ yo no las puedo arrancar...»

Tantos años como desengaños. Cómo olvidar a aquellos tribunales regionales alemanes, que son sangre de la sangre de la actual UE hecha a la medida del eje francoalemán, dejando que un prófugo de la justicia como Puigdemont hiciese el «tour des grands ducs» a cara descubierta por Europa y se riera de las leyes y los tribunales españoles. Cómo olvidar la tibieza, que siempre otorga, principiando por Úrsula Von der Leyen, hacia el paseo por el lado salvaje, definitivamente al otro lado de las montañas de la Constitución del 78, del ocupante de La Moncloa. Cómo olvidar, en fin, al abogado general de la UE, un tal Dean Spielmann. Quien, como no podría ser de otra manera es un belga flamenco con mucho arte del cante, y que ya contaba con servicios distinguidos contra España al excarcelar, en su año, a 60 etarras que cumplían condena. ¡Un amigo de España! Si queremos que pase lo de siempre en la UE, sólo tenemos que esperarlo de los mismos culos en idénticas poltronas. ¿Continuamos esperando de pie a que alguien «europeo» haga algo con la deriva de nuestro país, o mejor nos sentamos?

Tal vez, sólo tal vez, el señor Feijóo debería hacer como que se muestra ligeramente indispuesto ante sus colegas del populachero PPE, que está claro que no lo toman en serio. El PPE manda en contubernio sobre esa autofagocitante, desviada y detestable UE que deja vendida a España y a Europa.

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