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Líderes ausentes y líderes invisibles

La orientación incesante hacia la excelencia no es posible si rebajamos el nivel de exigencia, necesitamos a los 'aptissimi', los más aptos

Miércoles, 24 de enero 2024, 00:21

La Compañía de Jesús, con Ignacio de Loyola a la cabeza, desarrolló a partir de 1540 un modelo de liderazgo que, casi 500 años después, ... no solo es que esté de plena vigencia, sino que más que nunca parece necesario reivindicar tanto en la esfera pública como en la privada. Vivimos en un mundo complejo e incierto, los supuestos líderes políticos, sociales y de opinión nos trasladan esa idea de incertidumbre de forma insistente, a menudo como coartada a su incapacidad para realmente liderar y afrontar los retos que la sociedad tiene. Efectivamente, la historia de la humanidad es una sucesión de dificultades, así que ese escenario que nos dibujan no es ni mucho menos exclusivo de 2024. El mundo siempre ha sido complicado, y precisamente por ello el hombre necesita desarrollar la capacidad de innovar, de permanecer flexible y adaptable, de fijar metas ambiciosas, de pensar globalmente, de actuar con rapidez, de asumir riesgos.

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