¿Quién mandará en las empresas del futuro?
Así serán los consejos de administración en 2030
En un mundo cada vez más incierto, lleno de avances tecnológicos y altas exigencias, las empresas no solo tienen que adaptarse, sino que necesitan transformarse ... desde adentro. Y esa transformación empieza en sus órganos de toma de decisiones. El consejo de administración, ese grupo de personas que define las decisiones más importantes de una compañía, sea familiar o no, está viviendo una revolución silenciosa que cambiará por completo su rol en los próximos años.
El reciente informe 'La Agenda del Consejo en 2030' realizado por el Centro de Gobierno Corporativo de Esade junto a PwC y otras firmas líderes en consultoría y tecnología, analizó cómo será este órgano de gobierno corporativo de las empresas en el futuro inmediato. La investigación, basada en las opiniones de 175 expertos y consejeros de empresas que cotizan en España, pinta un panorama muy distinto al actual. Esta reflexión centrada en las grandes empresas españolas, afectará también a la pyme que crece y requiere profesionalizar sus órganos de gobernanza, aunque sea en una escala más reducida.
Lo primero que destaca es que la tecnología ya no es solo una herramienta, sino que ocupa un lugar central en las agendas. La ciberseguridad y la inteligencia artificial generativa (IA Gen) se han vuelto prioridades máximas. Los consejeros ya no pueden limitarse a revisar balances y estrategias; ahora deben entender cómo proteger la empresa frente a ataques digitales, cómo disponer de planes de contingencia y arranque tras un ataque que bloquee su negocio o cómo usar la IA para tomar mejores decisiones. De hecho, más del 90% de los encuestados piensa que la IA revolucionará la manera en que se gobiernan las empresas. Herramientas inteligentes facilitarán el análisis de grandes volúmenes de información, automatizarán tareas y promoverán debates más profundos. Aunque algunos temen que esto pueda disminuir el protagonismo del juicio humano, la mayoría ve a la IA como una aliada que ayuda a ser más eficientes sin reemplazar la experiencia. Pero no todo es tecnología. La geopolítica –es decir, los conflictos internacionales, las tensiones comerciales y el acceso a recursos clave– también pasa a ser un tema importante en las discusiones estratégicas. Lo que sucede en otros países puede impactar directamente en la cadena de suministro, en los mercados o en la reputación de una empresa. Por eso, los consejos necesarios incluirán expertos en estas áreas y aprenderán a prever riesgos a nivel global.
Otro aspecto clave es el talento. La falta de profesionales con habilidades digitales y estratégicas se ha convertido en un problema serio. El 89% de los que participaron en el estudio piensa que esta escasez de talento especializado será uno de los mayores desafíos para las empresas. No solo se trata de contratar bien sino de que los consejos tengan un papel activo en atraer, retener y capacitar a las personas que impulsarán el futuro de la organización. Todo esto está provocando cambios profundos en la composición misma de los consejos. Se estima que entre un 25% y un 50% de sus integrantes actuales se reemplazarán en los próximos cinco años. Los nuevos perfiles serán más diversos, jóvenes y con experiencia en áreas como tecnología, sostenibilidad o ciberseguridad. Además, aumentará la presencia de consejeros independientes, que aportan una visión objetiva y libre de intereses particulares.
La transformación de los consejos no solo pasa por incorporar nuevas temáticas, sino también por repensar su estructura y funcionamiento. Se impone una renovación más dinámica y planificada, con evaluaciones individualizadas del desempeño y el uso sistemático de matrices de competencias para asegurar que cada perfil aporte valor real. Cambiará la forma en que se separan las funciones de presidente y CEO, buscando evitar conflictos de interés y lograr una supervisión más estricta, al tiempo que se profesionaliza la selección de consejeros, hacia una mayor especialización en áreas críticas como tecnología, sostenibilidad o ciberseguridad, sin perder de vista la necesidad de independencia: se prevé que entre el 50% y el 60% de los miembros de los consejos sean independientes en 2030. A esta exigencia se suma una mayor dedicación, que no siempre irá acompañada de una retribución proporcional.
Por último, la diversidad será un factor clave en los consejos. No solo en términos de género, sino también en edad, experiencia y visión. Se espera que haya más ejecutivos en activo participando como consejeros, junto con generaciones más jóvenes que aportarán nuevas ideas y una visión más conectada con los desafíos contemporáneos. Esta renovación no es solo una necesidad social, sino también estratégica: las empresas deben reflejar el mundo en el que operan. Lo que está claro es que los consejos de administración en las empresas van a cambiar, ya lo están haciendo. Serán más tecnológicos, más diversos, más independientes y mejor preparados para enfrentar desafíos globales. Ya no valdrá solo con experiencia financiera o sectorial; será importante entender lo digital, anticipar riesgos geopolíticos, gestionar el talento y liderar con responsabilidad. Quienes no adapten sus órganos de gobierno a esta realidad corren riesgo de quedarse atrás. Porque en 2030, gobernar bien será la única opción para sobrevivir. Y en este camino, apoyarse en expertos externos será clave para hacer este tránsito con éxito, y marcar la diferencia entre simplemente adaptarse o liderar el cambio.
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