La importancia de las formas
El debate es esencial; tenemos una sociedad viva y democrática, cuidémosla
Si la opacidad del régimen chino y su nula respuesta inicial ha sido la causante de esta pandemia global, el debate sobre las responsabilidades, pero especialmente la transparencia, ha sido la clave en Occidente. Esto ha permitido generar un conocimiento global en tiempo real antes incluso de llegar a publicar, los famosos 'pre-prints', permitiendo elementos de control que antes nos hubieran llevado meses.
Pero esto solo ha sido posible cuando la enfermedad se ha transformado en una nueva situación que ha cambiado y cambiará nuestra forma de ver la realidad, pues hemos aprendido que la virtualidad es posible y que internet responde adecuadamente para lo que fue diseñado originalmente, sin olvidar todos los problemas que de ello se derivan.
En todo caso, parece claro que si en el siglo XX el desarrollo de la técnica –la conciencia de ser armas de nuestra propia destrucción, la bomba atómica– derivó en la ruptura en la fe del progreso acuñada en el siglo XVIII; en el siglo XXI, hemos descubierto que esa misma técnica es insuficiente ante la naturaleza, bien por la conciencia que nuestro desarrollo ha generado con cambios climáticos incontrolables, bien porque la aparición de nuevas pandemias ha acabado por re-situar al hombre y su sociedad en una nueva situación en la que de nuevo ha tomar conciencia de sí mismo. ¿Qué traerá consigo? ¿Es difícil saberlo?
La nueva crisis, sin embargo, torea al alimón con la crisis financiera principios del siglo XXI, producto de la eliminación de los límites establecidos tras el crack de 1929 y la herencia de una globalización y su deslocalización que nos ha convertido en los diseñadores de soluciones en impresoras 3D, pero incapaces de una producción industrial sostenida por la carencia de redes industriales. Tenemos las ideas pero somos incapaces de transformar las mismas en trabajo sostenido, hemos regresado por un momento a una economía de guerra, pero a una economía que va a entrar en un proceso de revisión
Esta situación coincide con otro problema relacionado con el anterior, el regreso a las ideas de soberanía nacional bajo discursos fuertemente identitarios que desde otros ámbitos e incluso otras ideologías reflejan también ciertas querencias hacia un modelo fuertemente intervencionista y, en último término, cercano a las dictaduras. Ahí esta la reciente acción de uno de los miembros del club de Visegrado, Orban, en su intento de solución de la crisis a través de otorgarse importantes poderes. Una tentación que permanecerá presente después de esta situación.
Este regreso a lo nacional coincide con la incapacidad real de la Unión Europea para responder de forma coordinada ante un problema global de manera unificada y coherente que permita su superación. El problema no vendrá ahora sino después, pues la situación alemana, mejor que el resto, plantea problemas a los modelos de unificación a través de los eurobonos que permitan dar una respuesta económica al problema, al tiempo que se revisan las pautas de actuación. Esto hará que la Unión atraviese por problemas serios si no encuentra fórmulas para habilitar medios para dar solución a problemas que debería afrontar conjuntamente. La idea de defensa no es solo militar e implica una construcción europea, más democrática, pero sobre todo con mayor capacidad de respuesta, es ahí donde habrá que poner la carne en el asador.
Pero, hoy como ayer, son importantes las formas, el derecho, el disenso y, lo que es más importante, el debate político y sobre todo jurídico de los límites del estado de alarma y excepción. Tenemos una sociedad viva y democrática, cuidémosla.