Galiana, hijo predilecto
Periodista, escritor y gastrónomo, le hacen merecedor del reconocimiento de su ciudad
Recientemente, el Ayuntamiento de Murcia ha acordado una serie de distinciones a personas y colectivos. Entre ellas a dos periodistas. Dos profesionales de la comunicación, ... lo cual debe llenarnos de satisfacción a los que compartimos profesión con ellos. Uno es Carlos del Amor, paisano que en TVE ha elevado la información cultural al lugar que merece a base de profesionalidad, originalidad y buen gusto. Lo que ya apuntaba en su etapa en el Centro Territorial de TVE en Murcia. El otro periodista reconocido es el ya fallecido Ismael Galiana.
Siempre he mantenido que los reconocimientos, en vida. No me gustan los homenajes póstumos. Si una persona merece ser reconocida por sus méritos no entiendo que estos se acrecienten cuando ya no está con nosotros.
Dicho esto, bienvenido el nombramiento de Ismael Galiana como hijo predilecto de la ciudad donde nació, escribió y murió.
El nombramiento recibió el voto en contra del grupo municipal de Vox en la comisión correspondiente. Aducían un supuesto pasado político de Ismael al trabajar para el presidente socialista Andrés Hernández Ros. Una postura de este grupo mezquina y, sobre todo, carente del menor grado de conocimiento e información sobre la figura de Ismael Galiana, que fue corregida posteriormente en el pleno donde Vox ya votó a favor de la iniciativa.
Vox había caído a la inversa en el revisionismo que ellos mismos achacan a los defensores de la mal llamada memoria histórica. Aquellos que desde el presente enjuician el pasado y califican a unos de buenos y a otros de malos.
Ismael Galiana Romero fue mi maestro y mi amigo. Cuando llegué a LA VERDAD en los albores de la Transición, me acogió y me guió. Yo ya lo admiraba por su periodismo de raza y su modo de expresar en sus extraordinarias crónicas lo que pasaba en Murcia. Su lenguaje, culto y preciso, elevaba la crónica política a pieza literaria. No en balde su abuelo fundó y regentó La Covachuela, la librería de Trapería, faro cultural de Murcia durante décadas.
A principios de los años 80, siendo elegido Hernández Ros primer presidente autonómico de Murcia, pensó en él para dirigir la primera Oficina de Prensa. Con Hernández Ros estuvo hasta su caída política, pocos años después. A continuación ya se ocupó de otras tareas de la comunicación institucional, sobre todo desde la Consejería de Agricultura y el servicio de emergencias del 112. Y 40 años después, un grupo municipal se opuso inicialmente a su nombramiento por ese supuesto pecado.
Pero es que más allá de su labor profesional, Ismael se merece este reconocimiento, como muchos otros, porque ensalzó y divulgó Murcia como pocos. Hasta 53 libros escritos por él dan fe de su amor por esta tierra, por sus gentes, por sus productos, sus paisajes y sus cocineros.
Cuando escribir de gastronomía era una rareza, Ismael Galiana empezó a hacerlo a la manera de su admirado Néstor Luján. Eran los tiempos de aquel templo gastronómico que levantó Raimundo González en el Rincón de Pepe. Aún faltaba mucho para que los cocineros fuesen estrellas del espectáculo, sacados en procesión por los medios de comunicación. Entonces se limitaban a darle de comer bien a sus clientes.
53 libros, de los cuales tuve el honor de editar a través de mi empresa, Alternativas de Comunicación, con la colaboración de instituciones públicas y privadas, cinco de temática gastronómica ('Productos de Murcia', 'Placeres de la mesa', 'Nuestra cocina', 'Viaje a otra Cartagena y guía del viajero' y 'Guía gastronómica de Lorca') y uno, 'La Mudanza', sobre las vicisitudes de la transición en Murcia.
Muchas de las cosas que hacen Región, nuestros entonces desconocidos vinos, la trufa que crece en parajes recónditos del Noroeste, el garum, una de las primeras 'delicatessen' de la humanidad, fueron estudiados y divulgados por Ismael para el que Murcia, junto con su familia, fue su razón de ser.
Periodista en Línea, LA VERDAD, Hoja del lunes y La Opinión. Escritor y gastrónomo. Amante y divulgador de su región y sus productos. 88 años de amor por esta tierra, bien le hacen merecedor de la distinción de la ciudad que le vio nacer. El único pero es que Ismael ya no está con nosotros y no podemos, tras el acto en La Glorieta, encaminarnos a una taberna y dar buena cuenta de una pata de cabrito y una verdura murciana, mientras miramos, escépticos, a los devoradores de sushi.
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