El Lorquí cervantino
Al mesón de Lorquí, a Juana y a su hija Juana Carducha las tuvo presentes cuando redactó 'La gitanilla'
Todos sabemos de la vida azarosa de Miguel de Cervantes en la España del Rey Prudente, en busca del sustento y, ¿por qué no?, de ... la fama y la riqueza. Conocemos, igualmente, sus múltiples oficios y sus problemas con el fisco que acabaron por llevarlo a presidio. Entre sus muchas cuitas debemos recordar su participación en la célebre batalla de Lepanto. En aquella batalla naval nuestro autor no solo perdió el uso del brazo izquierdo, sino, sobre todo, quedó preso en las mazmorras de Argel. Hubo que esperar al buen hacer de los hijos de S. Juan de Mata para que Miguel fuera redimido y traído de vuelta a la madre patria. Y es aquí donde, humildemente, creemos que pudo entrar en el universo cervantino el solar del antiguo reino de Murcia.
El puerto más seguro y cercano a Argel era Cartagena y he aquí nuestra propuesta de la primera etapa murciana en el periplo que llevaría a Miguel de Cervantes hasta la corte lisboeta donde residía, por aquel entonces, nuestro rey Felipe II.
Tras arribar a Cartagena la mañana de un día cualquiera, iniciaría su camino hacia Murcia, capital del antiguo reino homónimo.
Aquí haría parada y, pasada la siesta, proseguiría su camino. Tras pasar la villa y castillo de Molina, a la altura de casi tres leguas de la capital, Miguel tomaría a mano izquierda, por el camino conocido como de La Calzada, y se dirigiría hacia el lugar que llaman del Fondón de Molina. Lo atravesaría entre campos de arroz, trigo y viñas y, al final del mismo, se encontraría con el puente que los lugareños llamaban de Almanzora.
Atravesó el puente y se dirigió a la villa y encomienda santiaguista de Lorquí. Esta estaba, exactamente, a tres leguas de la ciudad de Murcia y. Allí se levantaba la Casa-Encomienda de la orden. Por entonces su guarnición se reducía a dos hombres: el alguacil y alcaide. Miguel preguntó a los mismos por comida y alojamiento. El alcaide le indicó un mesón a la vuelta de la esquina. El mismo tenía una planta, horno de pan y corral en su parte izquierda. Entró y lo recibió una viuda de tosco aspecto, que llamó a su hija, cuyo nombre era el de Juana, para que lo llevase a la única estancia que tenía desocupada.
Hasta aquí esta improvisada crónica de viajes que parte de una constancia histórica. Tanto el mesón como la mesonera y su hija están descritos en las visitas santiaguistas de Lorquí y coinciden casi punto por punto con lo que Cervantes describe en su novela 'La gitanilla', publicada en 1613. En el mesón de Lorquí, cabe la Casa Encomienda, vivían Juana, viuda rica, y su hija Juana, conocida como Juana la Carducha. Y lo revelador es que, precisamente, Juana Carducha es un personaje de 'La gitanilla', un personaje que va a tener una importancia decisiva en el desenlace de la novela ejemplar de Cervantes.
En suma, ¿estuvo el autor de 'El Quijote' en Lorquí camino de Lisboa en 1581, y se hospedó en el mesón de Juana, la viuda rica? ¿Estuvo quizás años más tarde, en caso de que anduviera por nuestra región por algún motivo que ahora mismo se nos escapa? Lo que está claro, a la vista del texto de la novela, es que al mesón de Lorquí, a Juana y a su hija Juana Carducha las tuvo presentes cuando redactó 'La gitanilla'. Creo que de eso no cabe duda si cotejamos la documentación que he manejado y lo que Cervantes dejó escrito en la novela ejemplar. Trabajo e investigación no realizados por el que estas letras escribe, sino por el investigador local don Juan Ruiz García con el asesoramiento de don Francisco Florit Durán, catedrático de Literatura Española de la Universidad de Murcia.
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