Otra forma de hacer justicia
El mediador, con finura y esmero de artesano, ayuda a los ciudadanos a ser conscientes de su problema, y a indagar en la solución que sea más viable
El pasado jueves 9 de diciembre la Unidad de Mediación Intrajudicial del Tribunal Superior de Justicia de Murcia recibió el Premio del Voluntariado de la ... Región de Murcia 2021, en la novedosa modalidad de voluntariado corporativo, como reconocimiento y distinción pública del extraordinario trabajo de los más de 80 mediadores que colaboran altruistamente con este servicio.
¿Qué es la mediación? Es una pregunta que todavía con frecuencia nos hacen los ciudadanos cuando acuden a nuestro servicio.
Cuenta una leyenda griega que Gordias, al ser nombrado rey de Frigia (situada en la actual Turquía), ofreció su carro a Zeus, y su lanza y yugo quedaron atados con un nudo que era casi imposible de desatar. El oráculo pronosticó que el que lograra desatarlo conquistaría toda Asia. Pasaron los años y nadie consiguió hacerlo. Alejandro Magno, cuando conquistó la región, se enfrentó al reto de desatarlo. Entonces cogió su espada y cortó el nudo de un tajo. Y pronunció la famosa frase: «Tanto monta cortar como desatar». Desde ese momento 'nudo gordiano' alude a alguna cosa de difícil solución.
De esto trata la mediación. No de soluciones rápidas, sencillas o expeditivas que 'cortan' las relaciones entre las personas, sino de acompañar a los ciudadanos –que están viviendo situaciones de dolor o incertidumbre– a que, por ellos mismos, con el poder que todo ser humano posee en su interior, vayan, poco a poco, 'desatando' los nudos que los oprimen: ese divorcio conflictivo, esa herencia reñida, esa empresa familiar en decadencia, esa víctima que precisa ser escuchada. El mediador, con finura y esmero de un artesano, ayuda a los ciudadanos a ser conscientes de su problema, y a indagar en la solución que sea más viable, más sostenible y más armoniosa con su propia vida y sus expectativas.
En la mayoría de las ocasiones existe un grave problema de comunicación y la mejor de las sentencias decide el litigio, pero no soluciona verdaderamente el problema de fondo que, en poco tiempo, puede volver a reproducirse. Conscientes de esta realidad, los mediadores de la Región de Murcia, a través del Punto Neutro de Promoción de la Mediación, se unieron y, bajo la iniciativa del Tribunal Superior de Justicia, forjaron un proyecto que se presentó al Ministerio de Justicia para, con su colaboración altruista, ofrecer, en régimen de voluntariado, mediación dentro de la propia oficina judicial, como un servicio más de los juzgados.
¿Por qué profesionales tan diversos y poco frecuentes en el voluntariado como son los abogados, procuradores, psicólogos, trabajadores sociales, criminólogos, educadores, notarios, policías locales, dedican su tiempo y su esfuerzo a ofrecer mediación en este espacio público? Porque están convencidos de que otra justicia es posible, de que el camino de la paz y el consenso se construye mejor a través de este espacio de diálogo asistido y porque apuestan por difundir la mediación y que se consolide como un recurso excelente para la resolución de los conflictos, especialmente antes de tener que acudir al juzgado.
La Unidad de Mediación –la UMIM– es un proyecto del Ministerio de Justicia que, dentro del esquema de la denominada nueva Oficina Judicial, es pionero en toda España. La UMIM articula la tutela judicial efectiva ofreciendo a los ciudadanos que están inmersos en un proceso judicial un espacio distinto al del juicio, un entorno amable y seguro para el diálogo constructivo, asistido por mediadores profesionales que propician la búsqueda conjunta de soluciones. La mediación, voluntaria y confidencial, a través de la intervención de los mediadores que van a ser imparciales y neutrales, devuelve a las personas la responsabilidad y la capacidad de resolver por sí mismas el conflicto, restableciendo la comunicación, para que puedan expresarse y escucharse mutuamente, trabajando desde los verdaderos intereses y necesidades de las partes, ayudándoles a explorar todas las opciones posibles.
El Ministerio de Justicia ofrece las instalaciones, la infraestructura: tres funcionarios para la gestión documental y el apoyo organizacional y una letrada de la Administración de Justicia. Pero los verdaderos artífices, 8 años después, son los mediadores, que, con su esfuerzo y dedicación, semana tras semana, facilitan y lideran todos esos procesos de diálogo, que son siempre positivos y merecen la pena. Así lo valoran los usuarios, incluso aunque no sea posible alcanzar un acuerdo global.
Dice un antiguo proverbio: 'Ningún mar en calma hizo experto a un marinero'. Los mediadores están acostumbrados a navegar por esas procelosas aguas de los conflictos humanos. Son faro y guía del dolor y la zozobra que los ciudadanos padecen, y se han hechos expertos en ofrecer sus conocimientos y habilidades para la pacificación de la sociedad, ya de por sí tan compleja.
Nuestra ilusión es ver a ese ciudadano, tras su proceso de mediación, abandonar nuestras dependencias con el recobrado poder en sus manos de haber identificado, y por sí mismo, resuelto el conflicto que le atribulaba. O al menos, aunque no pudo lograr un acuerdo, con la toma de conciencia de la fuerza y poder que en su interior atesora.
Desde aquí, mi deseo de mostrar ese reconocimiento, que nos da alas para seguir trabajando por construir un mundo mejor.
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