Era tan previsible que el presidente de la Comunidad será el candidato en las autonómicas, y tan gaseoso el órdago de la alcaldesa de Archena, ... que este culebrón no podía tener otro desenlace que el que ha tenido. El corolario de este insustancial envite fue un tuit, cómo no en estos tiempos de liviandad y ramplonería política, de Patricia Fernández, anunciando que trabajará por la «unidad y la integración» con Miras y Feijóo. Eso es todo lo que ha dicho públicamente sobre sus legítimas aspiraciones desde hace más de un año. Lo único cierto hoy es que, como quería Génova, renuncia a disputarle el liderazgo a Miras, que la invitó a integrarse en el comité ejecutivo del PP, algo que rechazó en el pasado por considerarlo insuficiente y una vía para desactivar sus pretensiones. De lo que tampoco hay duda es del papelón antológico de la 'vieja guardia', lo que me reafirma en mi convicción de que en la política, como en el periodismo, la irrelevancia se debe llevar con dignidad. Se puede.
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