Una estrategia de país
¿El problema es el Trasvase, las infraestructuras no realizadas en las diferentes comunidades autónomas, o la falta de ideas?
Vivimos tiempos en los que la sociedad necesita y demanda soluciones que demuestren control y visión de futuro basadas en datos tangibles y rigor técnico. Debemos conformar una estrategia de país y dejar de un lado las críticas continuas y destructivas que alejan cada vez más a la sociedad de la comprensión de los problemas.
El desconocimiento, descontrol, desinformación o excesivo uso de ciertos temas hídricos, en concreto, conllevan un desarraigo de la población con ellos, y así la manipulación de elementos estratégicos como el Trasvase Tajo-Segura, buscan tirar por la borda los éxitos de toda una sociedad.
Aquellos que pretenden envilecer los triunfos demostrados en eficiencia, gestión, control o regeneración 'tapan' su inacción, falta de gestión o sus incumplimientos sancionados a nivel internacional, resultando curioso que en otros países nos copien y en el nuestro nos culpen. Hace falta una actitud positiva y humildad para reconocer los errores y crecer como sociedad aprovechando los avances de cada uno para resolver los problemas con un apoyo presupuestario decidido.
Qué sentido tiene coger el agua del acuífero para tratarla y tirarla al mar en una región deficitaria
Usar el Trasvase y mezclarlo con las zonas vulnerables a nitratos o la sobreexplotación de acuíferos, ente otros, cuando en el resto de España sucede lo mismo, y que además son problemas fácilmente solucionables bajo la visión de la ingeniería, es ruin, ya que cualquier acción humana contamina.
La regeneración de las aguas debería ser una prioridad en España, priorizando el uso de estos recursos para el regadío ante el agua común, o potenciar la recogida del agua de riego o lixiviados para su posterior tratamiento y su aplicación de nuevo en la agricultura, con un verdadero y ambicioso plan de regeneración de agua agrícola, subvencionable con los fondos de economía verde.
¿Saben que de cada cuatro trasvases anuales regeneramos otro procedente del agua de abastecimiento y llevamos más de 1.700 millones de metros cúbicos producidos de esta forma? Los regantes aprovechan las aguas de las depuradoras y las convierten en riqueza, ¿qué pasaría si no lo hicieran en el entorno del Mar Menor?
Resulta incomprensible que la instalación de contadores en todo el país (tanto riego como abastecimiento) no sea todavía una realidad. Absurdo es tener concesiones en España que triplican nuestras dotaciones, y tener el descaro de promulgar que la Península se queda sin agua al son del cambio climático y no medirlas.
Los problemas son un reto para mejorar y hacer virtud. En 2018 concebimos un plan de captación de las aguas de lluvia que incentivaba a los agricultores a la construcción de balsas con la doble finalidad de reducir los arrastres y conseguir recursos, plan que, aplicado también en España, podría servir para la recarga y mejora de los acuíferos. De los errores también aprendemos, comprendiendo a nivel mundial que los nitratos y fosfatos son un problema, y para su solución ya establecimos un nuevo sistema de gestión y control. Para afrontar este problema diseñamos la figura del carnet de fertirrigación, una figura sencilla que designa a un responsable y cuyas aplicaciones y compras de abonado quedaban registradas en una base electrónica de datos. Todo quedaba inequívocamente asociado a la explotación, de tal manera que si excediese la cantidad estipulada no sería posible su compra; ello unido a aplicaciones sostenibles también definidas, figura que el Ministerio empezó a copiar, de forma que lanzó el primer borrador de norma de nutrición sostenible en los suelos agrícolas.
Es triste ver cómo caen en la tentación de juzgar sin la información pertinente, de ahí que estableciéramos la prioridad de juzgar con datos y no culpar de manera genérica a aquellos que aplican abono, sin cuantificar la afección real de los mismos sobre el medio ambiente.
En 2018 también se diseñó un proyecto pionero a nivel mundial que agrupaba a todos y con la última tecnología de contadores y sondas en profundidad mediamos la cantidad de sales (abono) aportadas, cantidad de agua aplicada y profundidad a la que llegaba, comprobando la afección real al acuífero y al medio ambiente, contrastando los datos con la lluvia real y justificando que nada tiene que ver con la procedencia del recurso hídrico utilizado. Proyecto que será obligatorio en un futuro para todas las zonas vulnerables y que más de uno ha querido copiar.
Una de mis prioridades como consejero fue la de medir, trazar, alertar y además predecir para evitar una posible contaminación, por lo que se diseñó aquello que era necesario para cuantificar el impacto, minimizarlo y regular su acción.
Qué sentido tiene coger el agua del acuífero para tratarla y tirarla al mar en una región deficitaria. ¿No planificamos ampliar el Mojón y mezclar las aguas del acuífero detrayendo el nitrógeno para no aportarlo en los abonados?
¿El problema es el Trasvase, las infraestructuras no realizadas en las diferentes comunidades autónomas, o la falta de ideas? La sociedad merece y exige que crezcamos de una vez por todas como país. Pero no, lo más fácil es culpar a otro.