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El embudo del MIR

Domingo, 15 de noviembre 2020, 08:40

En estos días en los que la pandemia nos tiene especialmente vulnerables se está generando mucha expectación y diferentes opiniones ante la pregunta: ¿faltan médicos en España? A esta cuestión podemos responder con una realidad, tenemos graduados en Medicina suficientes, pero no médicos con la formación especializada necesaria. Recordemos que un graduado en Medicina debe acceder al sistema de Médicos Internos Residentes (MIR) para completar su formación.

Para comprender mejor cómo está la situación, veamos algunos datos.

En la actualidad, somos el segundo país del mundo con más facultades de Medicina, concretamente 43. En los últimos 10 años se han creado 15 nuevas. Algunas de ellas, muy recientes, aún no han puesto en la calle a sus titulados. En total, salen cada año algo más de 7.000 graduados en Medicina.

Hay una cantidad importante de graduados en Medicina que el sistema sanitario no puede poner a disposición de la sociedad

En la última convocatoria MIR 2019/20 tuvimos una oferta de 7.845 plazas para un total de 16.176 aspirantes (esto es la suma de los recién graduados, el resto de años anteriores y los que repetían el examen por diferentes razones). Lógicamente, quedaron fuera y sin plaza más de 8.000 aspirantes, que se sumarán a los 7.000 que se titularán en este curso, dando de nuevo una cifra que va en aumento: serán ya 15.000 graduados en Medicina en espera de una plaza MIR.

En relación a lo anterior, una buena noticia, recientemente ha anunciado el presidente del Gobierno la esperada convocatoria del MIR-2021 con un aumento de plazas. Indica que serán 10.001, repartidas entre Medicina (MIR), Enfermería (EIR), Farmacia (FIR), Psicología (PIR), Química (QIR), Biología (BIR), y Radiofísica (RFIR). Recogemos con agrado este anuncio y sabemos que supone un esfuerzo, pero sigue siendo insuficiente.

Los números anteriores nos indican que hay una cantidad importante de graduados en Medicina que el sistema sanitario no puede recoger y poner a disposición de la sociedad, porque el MIR es un embudo con un estrecho cuello que va dejando fuera del sistema cada vez a mayor número de graduados.

Debido a lo anterior, está aumentando la salida de médicos fuera de España, va creciendo el número de los que piden la idoneidad para trabajar en el extranjero, donde se les da una oportunidad que no tienen en nuestro país. Estamos exportando unos graduados en Medicina que fueron escogidos entre los mejores estudiantes por el sistema de selectividad, que hemos formado en nuestras universidades con alto grado de exigencia por parte de los docentes y de esfuerzo por los alumnos, y que se van a otros países para poder completar su formación, ejerciendo como médicos, porque aquí no tienen futuro. Estamos exportando talento que querría quedarse en su país, que se ha formado con dinero público y que necesitamos en nuestros hospitales y centros de salud pero que no ve salida laboral en España.

Todo lo anterior venimos denunciándolo desde hace ya años. La planificación sanitaria lleva tiempo haciendo agua, mucho antes de la pandemia. Desde los decanatos de las Facultades de Medicina, la Organización Médica Colegial, el Foro de la Profesión Médica y diferentes organizaciones, llevamos tiempo diciendo que la mirada cortoplacista y los recortes sanitarios estaban deteriorando a grandes pasos la sanidad. Ha tenido que venir la pandemia de Covid-19 para que toda esta situación explote con más virulencia.

Todo lo anterior es bastante absurdo, especialmente en unos momentos tan duros en los que este virus nos tiene con una crisis sanitaria sin precedentes y en los que el personal sanitario es tan necesario.

Por eso, no faltan médicos, faltan políticas sanitarias que sepan ver el problema y quieran solucionarlo con visión de futuro.

Acabamos de conocer la noticia de que tendremos un nuevo director general de Ordenación Profesional. Esperemos que en cuanto tome posesión de su cargo, en el Ministerio de Sanidad, sea capaz de afrontar el grave problema de los profesionales sanitarios en nuestro país, ya no solamente a corto plazo para solucionar lo urgente que nos trae la pandemia, sino con una planificación seria y a largo plazo, oyendo a las partes implicadas y proponiendo soluciones bien estructuradas y que den la salida que, tanto los profesionales sanitarios como la sociedad en general, estamos demandando.

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