Digitalización 'modular' contra el colapso sanitario
Hoy los médicos pasamos más del 70% del tiempo sin mirar a la cara a los enfermos, mirando una pantalla de ordenador
La pandemia por un virus neurotrópico (SARS-CoV-2), además de miedo algo de neuroinflamación ha dejado en todos nosotros. Pienso que nos ha hecho ... un 3% 'más tontos'. A todos. El miedo vivido y la inflamación no parece mucho a nivel individual, pero a nivel poblacional es probable que explique en parte el deterioro de la salud mental.
El miedo es el camino hacia el Lado Oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio lleva al sufrimiento. La Covid-19 ha venido a acelerar unos cambios de profundo calado en los sistemas de salud del planeta. La ley General de Sanidad (1986) y todos sus desarrollos autonómicos ya no dan más de sí. Ha sido bonito mientras duró. Los desafíos a los que ahora nos enfrentamos como sociedad son muy distintos: crecimiento de enfermedades crónicas relacionadas con el deterioro medioambiental y de los estilos de vida, el agotamiento de los recursos naturales, la pérdida de biodiversidad, crecimiento urbano, envejecimiento, desigualdades crecientes y costes insostenibles de la sanidad. Estamos en la primera etapa de transición del modelo (resistencia al cambio), y en regiones con rígidas organizaciones sociales, como la de Murcia, hemos ido viendo la pérdida de liderazgo por distintos motivos. Y los gestores de salud siguen mirando con un retrovisor queriendo volver al sistema de antes. Usan una y otra vez los mismos términos y métodos pero los resultados no llegan. Y vuelven a intentarlo. Siguen hablando de peonadas, doblar consultas, listas de espera o ampliar horarios, de humanización, digitalización... Los resultados no llegan. La política sanitaria gira, pero no evoluciona.
Y yo me digo: si no sabes adónde quieres ir, no importa qué camino sigas. Sin propósito no hay sentido de empresa. Y las empresas de servicios de salud que solo piensan en términos economicistas, al final acaban haciendo trampas y perdiendo la reputación.
Tras la Covid, la evolución general de bastantes médicos ha ido desde la crispación a la decepción y, finalmente, al 'cansancio y abandono'. Entiéndase, abandono de la 'marca de empresa', que no de la profesión. Abandono del sentido de pertenencia a las empresas públicas a las que se han entregado en cuerpo y alma durante años. Cansancio a las gobernanzas tristes. El colapso que nos debe preocupar no es el económico. En esta serie, voy a reflexionar sobre algunos de los motivos pensando en las soluciones. Hoy hablaré de la desconexión entre 'transformación' y 'digitalización' fallida. La digitalización en sentido amplio es un medio para ayudarnos en la práctica sanitaria, pero en verdad se ha convertido en un fin peligroso.
Hoy los médicos pasamos más del 70% del tiempo sin mirar a la cara a los enfermos, mirando una pantalla de ordenador. Generalmente de un sistema Windows binario (0-1) que, si un día no arranca, no puedes hacer ni recetas. Esta medicina de escritorio aleja a los enfermos de los médicos (física y mentalmente). Vas rellenando pantallas con clic, clic. Y, cuando acabas el día o la semana, ¿qué retorno tienes de esa información? ¿Qué transformación ha provocado? Escribimos y rellenamos formularios sabiendo que van a un gran almacén de depósito de información. No hay poda-sinapsis.
El medio (la digitalización) durante la pandemia se impulsó sobremanera porque las condiciones lo exigieron, pero la digitalización de la que actualmente disponemos no sirve para mantener sanas relaciones con los enfermos. Solo tenemos que ver la diferencia de Selene y OMI (programas que usamos los sanitarios) con el 'smartphone' que llevamos en el bolsillo, o los sistemas digitales que ya rellenan la vida de la personas. En verdad hoy día, la digitalización en sanidad (el medio) se ha convertido 'en un fin' de control de una gestión sanitaria muy alejada de la realidad. Se ha desvirtuado tanto la relación con el enfermo que apenas se le mira, se le toca... El despropósito es de tal calado que las organizaciones miden tu valor profesional por los clics, peticiones que recibes, protocolos con pantallas y más pantallas... Las situaciones pueden llegar a ser tan ridículas que para comunicarte con tu equipo, que está a 4 metros, tienes que hacerlo a través de la pantalla.
Existe un modelo de digitalización 'modular' que emula las raíces de las plantas, necesita un 90% menos de clics y con frecuencia es colaborativo. Estos modelos de digitalización son de inteligencia distribuida. Son como los enjambres y las raíces apicales de los árboles. El total es más que la suma de las partes de cada consulta. Las podas-sinapsis propias de estos sistemas colaborativos seleccionan las mejores prácticas de gestión sanitaria. Dan sentido a las cosas que hacemos. Mientras se implantan, mi sugerencia es comenzar a crear horarios o consultas de transformación digital 'modular' en Atención Primaria/hospital inicialmente sin ordenadores. En una segunda etapa, comenzar a crear 'raíces apicales' de transformación digital que de verdad ayuden a conectar a las personas. Una nueva tecnología digital guiará la rehumanización.
Pero si no sabes adónde quieres ir, no importa qué camino sigas. Continuará...
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