Desconexión

Sánchez. Se le ha caído la cobertura. Su conexión con la realidad de la calle es, directamente, ninguna. Uno no puede, como en la Edad Media, someter a la ciudadanía a tanta privación: la luz más cara de Europa, el gas por las nubes y de los combustibles ni hablamos. La inflación disparada y la electricidad convertida en artículo de lujo mientras que expolíticos de PSOE y PP viven un retiro dorado en esas grandes compañías. Sánchez recauda 6.000 millones con el aumento de impuestos y ofrece a los transportistas 500. Un timo. No me gusta el presidente, pero reconozco que es un 'figura', el tío lía a cualquiera, te da un abrazo, te saca lo que quiere y 'p'alante'. Los tres rivales que salen con él en la foto del último debate ya no están, no le han aguantado ni una legislatura, tres añicos. Pero, como dijo Lincoln, «no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo». No se puede decir que todos los transportistas son ultraderechistas y esto se le ha ido de las manos a Sánchez. O reacciona pronto o puede hasta caer el Gobierno. Su divorcio con Podemos es evidente, a ERC la ha timado varias veces, Iglesias acabó en el limbo.... Sánchez pierde apoyos por momentos, por eso debe de recuperar el de los ciudadanos aliviando nuestro sufrimiento o se va a la calle. Ojo, no me pasa desapercibido que el líder de los nuevos 'chalecos amarillos' dice en sus tuits que Sánchez «no llega al Viernes de Dolores», pero ¿su objetivo no era bajar el precio del gasóleo? ¿O es tumbar un gobierno? Por eso mismo Sánchez debe reaccionar ya.

Feijóo. El divorcio del PP con la gente de la calle tiene otra causa: están ocupados recomponiendo el partido después de una auténtica guerra civil. El cambio de Feijóo no puede llegar en un día. Se verá a largo plazo. Va a hacer oposición de otra manera, colaborando en asuntos de Estado y dando leña al que manda cuando toque. Pero ha tenido una herencia maldita de Teo y Casi: Castilla y León. Le están dando la del pulpo por pactar con Vox, pero ¿le quedaba otra? Si Mañueco hubiera convocado de nuevo probablemente ganaría el partido de Abascal. ¿La otra opción? Que el PSOE se hubiera abstenido, pero no han querido desaprovechar la oportunidad de acogotar al PP. A Feijóo no le ha quedado otra. La entrada de Vox en un gobierno será la piedra de toque perfecta para ver si, como dicen muchos, es un partido de derecha fuerte pero demócrata o, por el contrario, un partido aliado de tipos como Orbán o Lepen que pertenecen a la más rancia ultraderecha. Podemos no pasó esa prueba de fuego que es gobernar en un país de la UE donde hay que ser moderado, veremos si Vox tiene cuadros preparados para conseguirlo y veremos qué es lo que son en verdad. En Murcia, el Cemop, con una encuesta realizada en el peor momento del PP, ha arrojado un resultado que les mantiene con 19. Han salvado los muebles mientras que el PSOE no despega. Lo normal es que los populares mejoren ese resultado, aunque no sabemos si llegarán a la mayoría absoluta. En cualquier caso, el reloj corre en contra de los dos grandes partidos y no hay otra, o se ponen a trabajar ya y solucionan los problemas de los ciudadanos, sin excusas, o la cosa se les puede poner muy, pero que muy fea.