Reflexiones de un escritor tartamudo
El primer paso para superar un problema es admitir que lo tienes
En mi perfil de Twitter me defino como «Escritor, ingeniero, tartamudo, hombre y feminista». Hay gente que se sorprende y me pregunta por qué he ... elegido estos calificativos en concreto. Los dos primeros son mis profesiones, escritor e ingeniero, mientras que los dos últimos simbolizan mi lucha por la igualdad, indicando que se puede ser hombre y feminista, es decir, buscar la igualdad de derechos y oportunidades entre el hombre y la mujer.
El calificativo que está en medio, tartamudo, quizás sea el que más llama la atención. Creo que he tartamudeado siempre. Al principio era algo normal a lo que no daba importancia, era mi particular forma de hablar. A partir de los diez años comencé a ser consciente de que podía ser un problema. Y se convirtió en un problema.
Yo, como la mayor parte de los tartamudos, no tengo ningún impedimento físico para hablar correctamente, de hecho, nunca tartamudeo cuando estoy solo. La tartamudez es un reflejo automático que afecta al mecanismo del habla bloqueando la respiración y los músculos de la laringe, un reflejo involuntario provocado por el miedo o los nervios. ¿Miedo a qué? Al simple hecho de hablar. Es la pescadilla que se muerde la cola. El mismo miedo a tartamudear provoca la tartamudez.
Quizás por eso (además de que siempre me ha gustado inventar historias) me hice escritor. Pensaba que un escritor se dedicaba a escribir, sin embargo, después de publicar nuestra primera novela, descubrí que un escritor también se dedica a hablar en público, y mucho. La promoción de un libro es una parte fundamental del proceso de edición e implica la participación en presentaciones de libros, clubs de lectura, festivales de novela, entrevistas para medios de comunicación, debates, conferencias, etc. Al final, la escritura de la novela es casi lo menos importante.
Hay tratamientos muy efectivos para la tartamudez, sobre todo si se aplican en la infancia. Mi hijo también tartamudeaba y tras someterlo a terapia ahora habla perfectamente.
En mi caso y en el de otros adultos, es algo ya tan arraigado que es muy difícil (aunque no imposible) de superar. Como dicen en las reuniones de Alcohólicos Anónimos, el primer paso para superar un problema es admitir que lo tienes. Por ello, creo que la aceptación es el primer paso para la superación. Esa aceptación que nos ayude a ver la tartamudez como algo normal, a perder la vergüenza y acabar con el miedo y los nervios que nos atenazan cada vez que nos enfrentamos a la expresión oral.
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