¿Existen los milagros navideños?
Puede que sí, pero son salvajes e impredecibles
La Navidad es una época ilusionante, cargada de magia. Algunos sueñan con las cenas de empresa, otros con reuniones familiares o que sus hijos vuelvan ... a casa; muchos fantasean con ganar el Gordo de la lotería; y todos, niños y adultos, esperan con ansia la llegada de Papá Noel y los Reyes Magos. Pero ¿existen realmente los milagros de Navidad?
Hay historias que indican que sí. Una de las más famosas sucedió durante la Primera Guerra Mundial. En la víspera de Navidad de 1914, los soldados de ambos bandos establecidos en el frente occidental dejaron de luchar y se encontraron en tierra de nadie para intercambiar villancicos, tabaco, comida y jugar al fútbol.
¿Fue esto un verdadero milagro? Si dejamos volar la imaginación, podríamos continuar la historia y pensar que el milagro sucedió después. Durante los intercambios de regalos y los partidos de fútbol, pudo surgir la atracción entre dos soldados de bandos enemigos. Al día siguiente, cuando se encontraron en el frente, en puesto de matarse a tiros o clavarse las bayonetas, pudieron tirar las armas al suelo, besarse y hacer el amor en mitad del campo de batalla, rodeados de disparos y explosiones de bombas, de gritos, muerte y barbarie. Si además sobrevivieron ese día, si volvieron a encontrarse después de la guerra e iniciaron una vida juntos, quizás pudiera ser un auténtico milagro.
Otra de esas historias sorprendentes sucedió en la víspera de Navidad de 1931, en el desierto de Arizona, una zona muy poco transitada, sobre todo cuando los coches eran un artículo de lujo. Una pareja con ese privilegio pinchó una rueda. Mientras el marido la cambiaba, la mujer vio una caja de sombreros y se acercó con curiosidad. Dentro encontró un bebé recién nacido, abandonado y completamente sano. Lo entregaron a las autoridades para que le buscaran un hogar. La historia no está mal, pero se podría redondear para convertirla en un auténtico milagro. ¿Os imagináis que hubiera sido una pareja que llevaba varios años intentando tener hijos sin éxito? ¿Y si él no quisiera tener hijos, pero ella sí, y él se hubiera hecho la vasectomía sin decírselo a su mujer? La posibilidad de adoptar al niño habría destapado el conflicto y el engaño.
Yo creo que un milagro es una rosa que florece en el desierto, una estrella fugaz en mitad de una tormenta. Puede que los milagros existan, pero son salvajes e impredecibles, como un huracán que en lugar de destruir un barco, hincha sus velas y lo conduce a tierra.
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