La ecuación del amor
Actualmente, las relaciones afectivas están cambiando y se abre un abanico de alternativas mucho más grande
Las matemáticas son fundamentales para el avance de la ciencia en muchas áreas como la física, la química, la medicina o la astronomía. También son ... una herramienta básica para desarrollar el razonamiento lógico y abstracto, la resolución de problemas o la creatividad. Están presentes en el arte para crear composiciones equilibradas y armoniosas a través de la proporción áurea. Sin ellas no existirían las animaciones digitales y efectos especiales del cine. Incluso la música utiliza patrones y estructuras matemáticas para crear ritmos, melodías y armonías. Lo que nunca habría imaginado es que las matemáticas también están presentes en las relaciones personales y los sentimientos, en concreto en el amor.
En la década de 1980, la psicóloga Caryl Rusbult estudió el funcionamiento de las relaciones afectivas de los estudiantes universitarios y desarrolló «la ecuación del amor». Pretende calcular la duración de una relación de pareja a partir del grado de compromiso de sus integrantes. Esta fórmula se ha confirmado en distintos estudios a través de encuestas a personas casadas y divorciadas. Es la siguiente: Compromiso = satisfacción + (recompensas - costes) - alternativas de relación.
El compromiso significa estar dispuesto a mantener la relación de forma exclusiva, renunciando a alternativas que puedan surgir. La satisfacción se basa en la diferencia entre las expectativas que se tienen de la relación y la realidad. Puede ser positiva o negativa en función de si se cumplen o no las expectativas. La inversión se refiere a todos los recursos que se invierten para mantener la relación y que no se recuperarían si terminara. Esto incluye la implicación emocional y el tiempo invertido (inversión intrínseca) y los bienes e inmuebles compartidos (inversión extrínseca). Se presenta como la diferencia entre recompensas y costes. Las alternativas de relación hacen referencia al resultado de comparar la pareja actual con otras alternativas posibles. Es decir, se trata de una evaluación que hace la persona de si hay mejores opciones fuera de la relación actual.
Este modelo ayuda a entender por qué algunas personas pueden continuar en relaciones abusivas o infelices debido a factores como la presencia de hijos, la dependencia financiera o la falta de apoyo social externo. Y explica por qué las personas que tienen demasiadas alternativas atractivas disponibles a veces tienen dificultades para comprometerse con una relación. Sin embargo, actualmente las relaciones afectivas están cambiando y se abre un abanico de alternativas mucho más grande liderado por el poliamor. ¿Seguirá siendo válida la fórmula o habrá que ampliarla?
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