Arquetipos y estereotipos
A la hora de crear un personaje, es buena idea partir de un arquetipo y añadirle características interesantes
La semana pasada participamos en la Semana Negra de Gijón, donde Ana Ballabriga y yo presentamos 'La ley del hambre' y moderamos una mesa redonda ... cada uno. El título de la mía era 'Policía, detective o criminal. ¿Quién es el protagonista?'. Hablamos de los principales personajes de novela negra y de la diferencia entre arquetipo y estereotipo. Veamos lo que son.
Un arquetipo es un patrón o modelo recurrente que se utiliza en la literatura o el arte en general. Son representaciones simbólicas de personajes, situaciones o temas que se repiten a lo largo de diferentes contextos y períodos de tiempo. Los arquetipos son universales y se basan en rasgos y características fundamentales que reflejan aspectos profundos de la experiencia humana. Por ejemplo, son arquetipos de novela negra el detective deductivo (Miss Marple o Poirot), el detective duro (Marlowe o Sam Spade), el policía corrupto, el policía infiltrado, el criminal de los bajos fondos, el mafioso (crimen organizado) o el criminal de guante blanco.
Un estereotipo, por el contrario, es una simplificación o generalización excesiva de un grupo de personas, basada en características o atributos superficiales. Los estereotipos son ideas fijas y simplistas que pueden reforzar prejuicios y perpetuar desigualdades. A menudo se basan en creencias erróneas sobre una determinada cultura, género, etnia o profesión. Algunos estereotipos que se deben evitar son el detective o policía alcohólico y desaliñado, la mujer fatal, el criminal racializado o la víctima indefensa.
A la hora de crear un personaje, es buena idea partir de un arquetipo y añadirle características interesantes que lo diferencien de otros personajes similares. Por ejemplo, el doctor House se basa en el arquetipo de detective deductivo (está claramente inspirado en Sherlock Holmes), sin embargo, sus particularidades son que es un médico que busca la causa de enfermedades raras (no investiga crímenes) y su trato frío y duro con la gente, que compensa con su inteligencia y la eficacia en su trabajo.
El estudio de los arquetipos también es aplicable a la personalidad. Según Carl G. Jung existe un sistema de doce arquetipos dentro de cada persona, ocho dominantes que revelan los principales patrones de personalidad a lo largo de nuestra vida y cuatro arquetipos guardianes que son universales y esenciales para nuestra supervivencia.
Los doce arquetipos de Jung son: el inocente, el amigo, el héroe, el cuidador, el explorador, el rebelde, el amante, el creador, el bufón, el sabio, el mago y el gobernante.
¿Quieres saber cuáles son tus arquetipos principales? En internet puedes encontrar algún test para averiguarlo.
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