El príncipe escandaloso

La monarquía británica necesita ser menos opaca para sobrevivir

David Mathieson

Periodista y experto en derechos humanos

Miércoles, 5 de noviembre 2025, 00:18

En la película clásica 'El Padrino', el patriarca Michael Corleone toma una dolorosa decisión: ordenar el asesinato de su hermano disoluto, Fredo. El comportamiento díscolo ... y desleal de Fredo no solo se había convertido en una vergüenza, sino que amenazaba los intereses de toda la familia, por lo que debía ser eliminado como predica una de las frases más conocidas de la película: «No es personal, sólo es negocio». En los últimos días se han publicado dos libros que revelan detalles escandalosos sobre el hermano menor del rey Carlos III de Gran Bretaña, el príncipe Andrés. El monarca británico ha tomado medidas drásticas para intentar apartar a su hermano de todas las actividades de la familia real y así proteger la reputación de la Casa Real, o lo que ellos mismos denominan 'la empresa'. Queda por ver si estas acciones de Carlos son suficientes o llegan a tiempo.

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El primer libro es una nueva biografía de Andrés que retrata al príncipe como un narcisista arrogante y altivo, con poca consideración por quienes lo rodean. Aún más perjudicial, el libro explica cómo Andrés era amigo íntimo del financiero estadounidense Jeffrey Epstein. Rico y carismático, Epstein desarrolló una amplia red de amigos y contactos, incluyendo políticos como Bill Clinton y Donald Trump, quienes disfrutaban de su generosa hospitalidad. Pero también existía un lado mucho más oscuro en las reuniones de Epstein, que incluía sexo en grupo y con mujeres jóvenes. Según la biografía, Andrés creía tener derecho a tener relaciones sexuales con un número ilimitado de mujeres y participaba con gusto en las fiestas de Epstein. El financiero mismo fue posteriormente condenado por tráfico de mujeres y se suicidó en prisión en 2022.

El segundo libro, publicado este mes, fue escrito por una de las víctimas de Epstein, Virginia Giuffre, quien afirmó que Andrew la utilizó sexualmente cuando ella tenía solo 17 años. Andrés insiste en que nunca conoció a Giuffre, pero posteriormente le pagó una indemnización de unos 16 millones de dólares para evitar acciones legales y la obligación de responder a las preguntas de su abogado en el tribunal. Con gran valentía, Giuffre continuó su campaña contra el abuso sexual, pero lamentablemente su autobiografía se publicó póstumamente. Al igual que Epstein, ella también se suicidó en abril de este año. Ahora parece probable que más detalles saldrán a la luz. Un comité del Congreso de los Estados Unidos continúa investigando el caso Epstein; es probable que haya más revelaciones y es posible que la policía presente cargos penales contra otros, incluido Andrés.

El príncipe es persona 'non grata' en Buckingham y causa de la crisis más grave para la monarquía inglesa

Los libros han provocado una gran conmoción en la Casa Real y Andrés ha accedido, a regañadientes, a renunciar a muchos de los privilegios de la realeza, incluyendo algunos de sus títulos. En el plano personal, el rey Carlos ha dejado claro que su hermano ya no es bienvenido en las reuniones familiares. Desde las fiestas navideñas en el Palacio de Buckingham hasta las ceremonias de Estado en la Abadía de Westminster, Andrés permanecerá fuera. El príncipe es, en efecto, persona 'non grata'.

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Muchos analistas creen que esta es la crisis más grave para la monarquía desde 1937, cuando el entonces rey Eduardo VIII anunció su matrimonio con una divorciada estadounidense, y que ahora podrían precipitarse varias reformas.

En la Cámara de los Comunes, un grupo de diputados laboristas y nacionalistas escoceses estudian cómo aprobar una ley para retirarle a Andrés todos sus títulos oficiales. El procedimiento podría ser complejo, pero es improbable que genere controversia, ya que Andrés cuenta con pocos aliados entre los diputados, e incluso muchos de ellos que son conservadores, tradicionalmente los más monárquicos. Y si se le retiran los títulos hereditarios a Andrés, esto también impulsará otros cambios constitucionales.

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Unos 90 miembros de la Cámara de los Lores son herederos del título y, por lo tanto, ocupan su escaño en el Parlamento. Tienen derecho a intervenir en la Cámara y a votar sobre la legislación. Sin embargo, para la mayoría del electorado resulta inexplicable e indefendible que estos miembros del Parlamento británico puedan legislar simplemente por una cuestión de nacimiento. El Gobierno laborista ya ha presentado un proyecto de ley para expulsar a estos Lores del Parlamento.

El escándalo ha reavivado el debate sobre si Reino Unido debiera tener un rey como jefe de Estado y sobre el futuro de la monarquía. Según las últimas encuestas, la mayoría de los británicos siguen prefiriendo una monarquía constitucional, aunque el apoyo a un jefe de Estado electo ha aumentado. Cuatro de cada diez británicos ahora están a favor de reemplazar al rey por un presidente electo, y la controversia en torno a Andrés reforzará este apoyo al cambio.

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Sin embargo, independientemente de las reformas que se realicen a la Constitución, es difícil vislumbrar un final cercano para el escándalo que rodea a Andrés. El rey Carlos ya ha reaccionado ante del clamor popular y le va a quitar todos los títulos a su hermano y su casa oficial en los terrenos del castillo de Winsor. Sin embargo, a largo plazo si Andrés es acusado de delitos criminales, habrá muchas más preguntas para el rey y nadie sabe qué sucederá ni para él ni la familia real a largo plazo.

Lo que muchos sí entienden es que, para sobrevivir, la monarquía necesita adaptarse y cambiar. Gran parte de la vida de Andrés, hasta ahora, se mantuvo oculta al público, pero es evidente que la familia real necesita ser menos opaca y más transparente. El futuro de la monarquía británica es un tema pendiente, pero lo cierto es que, tras las últimas semanas, no puede continuar como antes.

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