Datos de interés sobre el Covid-19
PRIMUM NON NOCERE ·
Esta pandemia me recuerda la ocurrida en el año 1957, siendo yo estudiante de Medicina y que, por circunstancias especiales, me tocó vivir de cerca; ... me refiero a la gripe asiática. Dicha epidemia también comenzó en China por un cambio antigénico mayor ocurrido en el virus gripal. En España ocasionó miles de enfermos y de muertes y se extinguió cuando el nivel de anticuerpos de la población fue lo suficientemente elevado, en la llamada inmunidad colectiva, para proteger a los que aún no habían enfermado. Esperemos que ahora no suceda lo mismo que ocurrió entonces, ya que si la inmunidad alcanzara a una gran parte de la población habría sido a expensas de una elevada mortalidad.
Es por ello que las medidas adoptadas en este momento son las adecuadas, es decir, proteger a la población más expuesta limitando el contacto interpersonal. Ante cualquier epidemia, los servicios sanitarios deberán actuar, en primer lugar, mediante la profilaxis general o de exposición y con la profilaxis específica o de disposición. La primera consiste en aislar a la fuente de infección que, en esta pandemia, son las personas enfermas o portadoras, mediante su aislamiento en cuarentena. Hay que procurar también separar a las personas sanas de las portadoras no detectadas evitando acudir a lugares concurridos o incluso llegando a una estricta confinación domiciliaria. Se trata, por tanto, de actuar sobre el mecanismo de transmisión que en este caso son las gotitas diminutas de saliva que se emiten al hablar, toser o estornudar; las medidas de limpieza de manos y superficies que hayan podido estar en contacto con dichas gotas también son esenciales.
Uno de los principales inconvenientes con que nos hemos encontrado para hacer una profilaxis más efectiva es que no se han podido realizar test rápidos diagnósticos de forma más generalizada a la población (al contrario que en Corea del Sur), ignorando de este modo la verdadera cifra de infectados y no pudiendo actuar sobre ellos. De este modo también conoceríamos la verdadera tasa de mortalidad del Covid-19.
La profilaxis de disposición consiste en disponer a la población en unas condiciones tales que, aunque entre en contacto con el agente patógeno, no llegue a manifestarse la enfermedad. Esto se consigue a través de una vacuna que genere los anticuerpos necesarios para vencer la agresión. Aunque no existe en este momento una vacuna eficaz contra este coronavirus, en distintos laboratorios del mundo se está trabajando contra reloj para obtenerla. En este sentido, es razonable pensar que la solución pueda proceder de la propia China, ya que los científicos de este país llevan varios meses de adelanto sobre los occidentales; además, durante la epidemia del SARS de 2002 los investigadores chinos afirmaron haber obtenido una vacuna que no hubo necesidad de utilizar por el cese del brote.
Forma también parte de esta profilaxis de disposición la administración de gammaglobulinas específicas obtenidas del suero de personas que han estado en contacto con el virus y han desarrollado anticuerpos frente al mismo. Hasta ahora ha sido difícil de llevar a efecto este procedimiento en enfermedades producidas por virus ARN, como es el caso del coronavirus, aunque algunos laboratorios están trabajando en este sentido y se están haciendo ya algunos ensayos clínicos. También se está ensayando en algunos lugares, ya como tratamiento, la administración de suero de personas dadas por curadas y que contiene estos anticuerpos sin tener hasta ahora resultados concluyentes.
La quimioprofilaxis consiste en la administración de una sustancia química con el fin de prevenir la aparición de una infección, evitar que esta evolucione a un grado de enfermedad mayor o eliminar el estado de portador de un agente infeccioso. En la actualidad se está investigando con sustancias como la cloroquina y la hidrocloroquina, conocidos agentes antipalúdicos. Como tratamiento se están ensayando los antivirales remdesevir y darunavir y retrovirales como ritonavir y lopinavir.
En una segunda fase tendría que iniciarse cuanto antes un estudio inmunológico de la población, especialmente en los grupos de:
–Sanitarios que han sido positivos en los test de Covid-19.
–Personas con factores de riesgo, como tener más de 60 años, diabetes, hipertensión arterial, insuficiencia renal, inmunosupresión y otras comorbilidades que no han presentado síntomas de enfermedad.
–Personas que tras ser consideradas curadas han vuelto a presentar positividad en el test de Covid-19.
–Grupo representativo del resto de la población.
De este estudio conoceríamos el nivel de protección al que ha llegado la población y si este se acerca o alcanza la llamada inmunidad colectiva capaz de proteger de forma eficaz a la población en general. Esto, junto con el incremento de uso de los test de diagnóstico, facilitaría poder determinar con seguridad qué personas podrían dejar el confinamiento ya sin riesgo de infección.
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