Elecciones europeas y autonomía estratégica
Los representantes del Gobierno de Pedro Sánchez y su coalición bailan al compás de su propia rumba separatista e individual
En esta legislatura Europa ha de conseguir la «autonomía estratégica» que proclama la Sra. Von der Leyen, ser más fuerte y unida, conseguir una estabilidad ... duradera para defender su identidad y ser competitiva ante el resto del mundo. Todos conocen estos retos: 1.- Abordar con realismo el marco legal sobre la inmigración cuya presión aumentará como consecuencia de las tiranías y guerras en el mundo. 2.- La organización de un sistema de defensa europeo integral y moderno, potente y eficaz para afrontar las amenazas externas, la guerra híbrida y la presión territorial en el Este. 3.- Apoyar claramente a Ucrania y abordar con eficacia la ampliación de los Estados del sureste europeo. 4.- Proteger la democracia en Europa y garantizar el Estado de derecho con criterios de igualdad, respeto a las instituciones y a la justicia, libertad de expresión, participación y transparencia. 5. Reindustrializar Europa y recuperar el liderazgo en innovación tecnológica e inteligencia artificial, favoreciendo su autonomía y evitando las dependencias actuales. 6.- Conseguir un equilibrio entre las medidas para frenar el cambio climático y otras políticas con el fin de evitar los impactos económicos negativos sobre la agenda agrícola y el rechazo social. 7.- Sin olvidar políticas sociales y de igualdad, que forman parte del modo de vida europeo.
Algunos partidos españoles en sus programas ignoran voluntariamente los problemas a los que hoy se enfrenta Europa. Ven es esta campaña una oportunidad de resolver los programas locales, prometiendo imposibles, agarrados a iniciativas absolutamente irrealizables en el marco de los tratados europeos u organizaciones internacionales como la Organización Mundial del Comercio.
El PSOE, bajo el lema 'Más Europa', va en dirección contraria a la política europea de liberales y el centro, posicionándose a la izquierda de Sumar. Además de practicar una política exterior surrealista y exhibicionista, aprovecha la ocasión para lanzar un manifiesto con todos los tópicos de la izquierda 'boomer' y la promesa de una sociedad idílica, tratando de demostrar que 'somos mejores', 'más buenos', y representamos un progreso indefinido sin incógnitas. Pero sus verdades repetidas en el texto son el afán recaudatorio, el rechazo a las grandes empresas y el deseo de redimir al mundo con una misión de cruzada verde aplicada de forma dogmática. Herencias de una izquierda/verde protegida por el liberalismo. Es decir, propaganda pura y dura para confundir al personal y pastorear al votante. ¡Venid todos a mí!
En la legislatura precedente Santiago Abascal y sus seguidores no estaban en el grupo de la derecha radical. Ahora se distancian del centro y comulgan con partidos que van en contra del Estado de derecho, apoyan con reticencia la ayuda a Ucrania y toleran el autoritarismo de Putin. Los españoles se llevarán un susto cuando los diputados de Mme. Le Pen pongan sobre la mesa su obsesión por el proteccionismo agrícola e industrial y, como resultado, volverá el bloqueo a nuestros camiones con frutas y hortalizas que acabarán volcados en la frontera con el aval de su partido; y esta Francia de la extrema derecha seguirá apoyando los acuerdos con Marruecos, en perjuicio de la pesca, los intereses y productos españoles.
Comparando programas vemos que quienes abogan y defienden la autonomía estratégica europea con continuidad y coherencia son líderes como Macron, los liberales, Feijóo con el PPE y determinados partidos moderados del centroizquierda, ya sean los socialistas portugueses o italianos. En cambio los representantes del Gobierno de Pedro Sánchez y su coalición de gobierno bailan al compás de su propia rumba separatista e individual.
Siempre pensé que Europa era una utopía posible y realizable, como muestra lo conseguido hasta ahora y la voluntad de resolver sus retos gigantescos, pero estos objetivos solo se superarán permaneciendo unidos, con políticas de seguridad común, sin dogmatismos ideológicos, ni nacionalismos. No serán fáciles las alianzas entre los grupos y la propia realidad obligará a medidas trascendentes que superarán los deseos de quienes desean reducir el poder de la Comisión y sus instituciones.
Claro que la democracia plena es la esencia de la identidad europea y desde aquí invito a vivir en ese hogar.
Vota el 9 de junio.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión