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Covid-19 en Instituciones Penitenciarias

Los trabajadores del sector, más de 24.000, se han hecho merecedores, por su responsabilidad, preparación y cualificación, de una mayor consideración

Miércoles, 1 de julio 2020, 01:08

Se hace imposible señalar todas las lecciones que estamos aprendiendo mientras la pandemia de la Covid-19 sigue causando dolor y problemas en todos los aspectos de la vida, hasta el extremo de cambiar nuestra forma de vivir. Sin embargo cada sector de actividad debe extraer conclusiones, al mismo tiempo que se van tomando medidas para enfrentar los problemas. De cara a la 'nueva normalidad' convendría tener muy presentes algunas circunstancias que se han puesto de manifiesto estos días. Vaya por delante mi reconocimiento a los compañeros que han fallecido por la Covid-19, especialmente a mi amigo Lucas, destinado en Soria.

Algunas reflexiones al respecto de cómo el coronavirus ha modificado el día a día en las prisiones españolas y cómo deberíamos aprovechar este momento para hacer ciertas reformas:

1. Para el conjunto de las prisiones españolas, este ha sido un momento de dificultad más, añadido a los habituales, que se está superando gracias al compromiso del personal penitenciario, que siempre ha demostrado una elevada profesionalidad, implicación, unidad, compañerismo, voluntad de servicio y cumplimiento de sus obligaciones.

De esto deben ser plenamente conscientes el ministro Marlaska y su equipo, que han heredado una situación poco deseable. Deberían actuar tomando algunas medidas para mejorar la situación de los trabajadores: dotación de medios, reformas legales para dotar de autoridad pública a los funcionarios, ampliación de plantillas, fomentar la formación, mejorar los protocolos de seguridad hasta llegar a las cero agresiones –una agresión es algo que te marca para toda la vida– y la homologación salarial entre los funcionarios penitenciarios españoles.

¿Qué sentido tiene que los funcionarios que prestan servicio donde las competencias están transferidas a la comunidad autónoma, tengan un salario superior al de un funcionario en el resto de España? El trabajo es el mismo, nuestros hijos comen lo mismo, visten igual y los gastos para su educación son iguales. Esta situación, heredada por el Gobierno actual, debería ser resuelta atendiendo al principio de que 'a igual trabajo, igual retribución'. Este tipo de diferencias, basadas en si la competencia está transferida o no, son una bomba contra el Estado autonómico y el Gobierno central debería corregirlo porque cuando las cosas se ponen mal la deuda autonómica se mutualiza y la asume el Gobierno central.

2. Los internos de los centros penitenciarios, pese a tener suspendidos los permisos, las comunicaciones ordinarias y los vis a vis, los talleres, la escuela, el gimnasio, las actividades e intervenciones propias del tratamiento, han demostrado en todo momento un comportamiento, salvo excepciones, normal, paciente, atento y respetuoso con las limitaciones e indicaciones establecidas, facilitando una ordenada convivencia.

3. De las medidas, positivas y útiles, que se han puesto en marcha por la Administración también se deben sacar algunas enseñanzas, que deberían hacer que se profundizara en esa dirección.

En materia de horarios se ha alcanzado un acuerdo con los sindicatos que ha ayudado a que el virus no entre en las prisiones de forma masiva. Satisface a los funcionarios, garantiza el cumplimiento de la jornada y las cosas han funcionado bien. El virus sigue entre nosotros y no se observa la necesidad de hacer cambios.

Se han puesto en marcha las videollamadas para que los internos puedan hablar y ver a sus familias. Creo que esta medida ha venido para quedarse y se deberá estudiar su puesta en marcha de forma permanente, debiendo potenciarse para diligencias judiciales, comunicaciones con abogados y para la atención personalizada de los juzgados de vigilancia. En Murcia se han realizado de forma satisfactoria. Igual que está sucediendo en el conjunto del sistema educativo, se deberían potenciar las plataformas 'online' para la formación de los internos.

La dotación de EPI debe ser permanente. Mascarillas, guantes, pantallas, etc... van a formar parte de nuestro día a día y las dotaciones deben ser suficientes y adecuadas.

Sería bueno generalizar el uso de la mascarilla en el interior de las prisiones, de la misma forma que se ha hecho en el exterior.

4. La sanidad penitenciaria debe ser dotada adecuadamente, no es posible que las plantillas estén al 50% de lo previsto. Es muy urgente dotar de medios la atención psiquiátrica.

En definitiva, asoman tiempos de reformas, modificaciones reglamentarias que deberán resolverse con la participación de todos los colectivos afectados. Ahora que se habla tanto de cogobernanza, cogestión y coinnovación, como procesos caracterizados por escuchar constantemente para la colaboración, los trabajadores penitenciarios, más de 24.000, se han hecho merecedores, por su responsabilidad, por su preparación y cualificación, de una mayor consideración, superior a la que les han dispensado los gobiernos anteriores, y deben ser muy tenidos en cuenta. Estamos al servicio del art. 25.2 de la Constitución, el que señala que el objetivo principal es la «reinserción social». Y esto, entre todos y con todos, mucho mejor.

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