Nos queremos libres, seguras y protegidas
Este 25 de noviembre no hay espacio para la relajación; debemos alzar la voz con más fuerza que nunca para condenar las actitudes machistas
Ainhoa, Ginesa y la pequeña Nadia son los nombres de las asesinadas este año en la Región de Murcia, a manos de hombres que nunca ... entendieron que amar no es dominar. Por desgracia son muchas más las mujeres en España que han sufrido el mismo fatal destino. Y, tras cada una de ellas, hay miles de vidas marcadas por el dolor: mujeres y sus hijos que soportan una lacra que, aunque se repita, sigue estremeciéndonos cada vez que conocemos los detalles.
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Por ello, este 25 de noviembre no hay espacio para la relajación. Todo lo contrario: debemos alzar la voz con más fuerza que nunca para condenar las actitudes machistas y la discriminación de las mujeres, especialmente cuando desembocan en violencia. Debemos denunciar a quien agrede o maltrata a una mujer por el simple hecho de serlo. Y los poderes públicos debemos ser los primeros en responder con medidas concretas y soluciones reales, para que ninguna mujer tenga miedo a salir a la calle, miedo a ser insultada por su forma de vestir, miedo a perder su hogar, su estabilidad económica y, lo más doloroso, su dignidad. La violencia de género se manifiesta de muchas maneras. De ahí su complejidad y la necesidad de coordinar un sistema coherente y coordinado para prevenirla, proteger y atender a quienes la sufren.
En los últimos meses hemos visto con preocupación cómo se debilita la confianza en el sistema, especialmente entre quienes más necesitan creer en él para garantizar su seguridad y protección. Desde la aplicación de la ley del 'solo sí es sí', que redujo las penas de miles de agresores e incluso permitió la excarcelación de decenas de delincuentes sexuales, hasta los fallos en las pulseras antimaltrato, se ha puesto en evidencia un sistema que las víctimas consideraban su escudo y que, lo que es peor, las ha dejado a merced de su agresor. Imaginen la incertidumbre y la inseguridad que se genera en esas mujeres cada vez que su pulsera avisa de que el hombre que controla su vida está cerca y se trata de un error. O, aún peor, cuando está y el sistema no la alerta, provocando un encuentro de consecuencias impredecibles para la víctima. Imaginen la situación de indefensión cuando aportar en un juicio los datos de posicionamiento recogidos por la pulsera no sirva como prueba porque sus fallos continuos la han despojado de cualquier valor probatorio.
No podemos permitir más errores ni más dudas, ni consentir el silencio atronador de un Gobierno central que será recordado como el que más falló a las mujeres. La cadena de errores cometidos ha estado marcada por la ausencia de explicaciones, de reacciones contundentes para revertir la situación, de disculpas y de asunción de responsabilidades. Nadie en ese Gobierno ha asumido su responsabilidad. Nadie ha pedido perdón.
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En la Región de Murcia seguiremos siendo implacables en esta lucha, con medidas y actuaciones que garanticen una respuesta adecuada a quienes sufren esta violencia que tanto daño causa a nuestra sociedad y que no podemos tolerar. En el Gobierno del presidente Fernando López Miras trabajamos en un segundo Pacto Regional que recogerá todas y cada una de las acciones que las diferentes administraciones nos comprometemos a impulsar para construir una región segura y libre de violencia contra las mujeres. Una región donde prevalezcan el respeto, la igualdad, la tolerancia, la protección, la seguridad y la libertad, y no dejaremos de exigir al Gobierno central respuestas reales, seguras y fiables para garantizar la seguridad de las mujeres. No hay margen para más fallos.
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