Ante las vacaciones, prevenir es mejor que curar

Un hostelero valenciano que viajó a Etiopía falleció en la comunidad vecina aquejado de rabia

Viernes, 4 de julio 2025, 01:23

Hace unos días, en medio del maremágnum mediático nacional e internacional que está sacudiendo el país estas semanas, una noticia de 'ámbito sanitario' pasaba más ... o menos desapercibida por los medios de comunicación. Un percance, una situación, un accidente que, sin embargo, en esta fase del año, cuando muchas personas planifican su periodo vacacional, debemos tener muy presente y muy en cuenta para no cometer los mismos errores. Un hostelero valenciano que hace varios meses, casi un año, había viajado al continente africano 'profundo', concretamente a Etiopía, fallecía en la comunidad vecina aquejado de rabia, una enfermedad que prácticamente todos nosotros vemos como algo del pasado, 'erradicada' de nuestras vidas y pensamiento. ¿Cómo es eso posible? ¿Qué puede haber pasado?

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La respuesta es fácil, pero a la vez muy compleja. Siendo francos y directos, lo que ha sucedido no es más que la constatación de que en muchas partes del mundo, no hay medios ni recursos para desarrollar programas de control de enfermedades como la rabia, la tuberculosis o tantas otras que afectan a los animales, pero también, y de una forma muy grave, a las personas. Los números son claros. Se estima que entre 50 o 60.000 personas fallecen anualmente de esta infección. Ahí es nada. En España, la rabia hace años que ha sido erradicada de las poblaciones de mascotas, a excepción de algunos casos esporádicos que se detectan en Ceuta y Melilla, procedentes normalmente de la circulación de canes desde territorio magrebí. Esto se ha conseguido gracias a las campañas de vacunación obligatoria de nuestros perros y al control de los animales callejeros, entre otras medidas. Eso nos hace vivir muy seguros al respecto. Resulta simplemente curioso que algunas personas se planteen el interés de seguir vacunando nuestras mascotas...

No obstante, no olvidemos que el riesgo no es cero. No hemos de olvidar que la rabia también puede adquirirse a través del contacto con la saliva o la mordedura de otras especies, como algunos murciélagos que puedan estar infectados. Por eso, y aunque sea un hecho extremadamente raro y no tenga importancia a nivel general, nunca debemos tocar o acercarnos si vemos un individuo de esta especie haciendo cosas raras, principalmente a la luz del día.

No caigamos en el error de pensar que la situación sanitaria privilegiada de la que gozamos es lo habitual en otras partes del mundo

Los casos de rabia que se detectan en España, como este último en Valencia, son casos importados de personas que viajan a países donde la rabia aún campa a sus anchas. Y donde posiblemente por desconocimiento, tras un contacto de riesgo –mordedura o contacto con la saliva de un posible animal infectado–, no se toman las medidas necesarias. Las enfermedades como la rabia, y otras, pueden tener un periodo de incubación corto, de varias semanas, pero también largo, de casi un año. No hay que confiarse por el hecho de no tener síntomas inmediatamente. Los diferentes tipos de Lyssavirus que originan esta infección, necesitan 'ir ascendiendo' poco a poco por nuestro sistema nervioso hasta llegar a nuestro sistema nervioso central, y eso no suele ser inmediato. De hecho, nos concede un tiempo 'de oro' para adoptar medidas de control postexposición que nos puedan salvar la vida. Administración de antisueros, vacunas, pueden aplicarse... pero siempre antes de que aparezcan los síntomas. Ahí, como tristemente ha sucedido a este vecino valenciano, ya es demasiado tarde. No se puede hacer nada.

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La conclusión es clara. Antes de viajar fuera, especialmente a muchos de los destinos exóticos americanos, africanos o asiáticos tan de moda, hay que echar un vistazo a los riesgos potenciales, o, en todo caso, hacer la consulta a nuestro médico, que nos indicará las medidas preventivas a adoptar. Esta información también está disponible en la web de sanidad exterior. Hay que hacerlo con tiempo, por si hay que aplicar alguna vacunación preventiva. Independientemente de ello, si estando allí, tenemos algún contacto potencial de riesgo que, por ejemplo, no descarte la transmisión de enfermedades potencialmente mortales como la rabia, hay que acudir inmediatamente a los servicios sanitarios tanto en destino como en casa, nada más estemos de vuelta.

No caigamos nunca en el error de pensar que la situación sanitaria tan privilegiada de la que gozamos en España y en el entorno europeo es lo habitual en otras muchas partes del mundo. Incluso aquí cerquita geográficamente, podemos darnos de bruces con invitados inesperados que pueden amargar por completo nuestras vacaciones y el resto de nuestras vidas. No lo olviden.

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