Pregunta de esas de fin de año: ¿cuándo se hace uno viejo? Dice Javier Cercas que uno se hace viejo el día que empieza a ... decir eso de «¿ves todos esos edificios?, pues antes eso era campo». Es decir –añado yo–, el día que uno empieza a hacer lo que siempre dijo que no haría: hablar como su padre. Yo, en cambio, tengo otra teoría, no incompatible con la anterior: para mí uno se hace viejo el día que empieza a cogerle miedo a las resacas. De repente, una noche no sales de copas, porque la borrachera ya no compensa el infierno terebrante de la mañana siguiente. Ahí empieza de verdad a hacerse uno viejo. Un amigo, en cambio, dice que no, que el viejo no se hace, sino que nace, que todo es cuestión de espíritu y que lo tienes o no. Algo similar decía Sánchez Dragó cuando aseguraba que hay gente que nace con vocación de vieja y gente que nace con vocación de joven.
Publicidad
Como ven, hay opiniones diversas y usted tendrá la suya. Como no nos vamos a poner de acuerdo, sigamos con otra pregunta de fin de año al hilo de la anterior: quizá no importe tanto si se es joven o viejo, sino si se es feliz o no. Dicen algunos psicólogos que las mejores épocas son los 20, con la vida endomingada y puesta de puntillas por la adrenalina propia de la juventud, y los 60, con la vida ya más abanicada y la mirada apacible y tranquila. ¿Y la peor? Los 40, dicen, cuando te das cuenta de que la juventud sí era finalmente ese divino tesoro del que siempre te burlaste y que ya solo verás en el espejo retrovisor.
Y ya se sabe lo que decía Tolstói, en su célebre principio: todas las familias felices se parecen y las desgraciadas lo son cada una a su manera. Es una genialidad, sí, pero es mentira. En realidad, todos, los dichosos y los desgraciados, lo son cada uno a su manera. Así que cada uno siga su camino en 2024, mejor o peor pero el suyo, y que busque disfrutar de las cosas pequeñas, aunque sean fruslerías, e intente sonreír, que siempre es un objetivo más humilde que la felicidad, una meta inalcanzable. No sé si fue Goethe quien dijo al final de sus días que solo había sido feliz quince minutos en su vida.
Pues eso.
Prueba LA VERDAD+: Un mes gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión