¿Qué debo hacer?

EMILIO FERNÁNDEZ MARTÍNEZ

Domingo, 23 de noviembre 2025, 09:25

Cuando un día sí, y otro también, oigo y leo que los países gastan más y más en armamento, intentando convencernos de que es para ... nuestra propia defensa, me echo a reír. ¿No será que también sirve para atacar a otros países? En definitiva, para dar muerte a otros seres humanos. Este auge armamentista ha permitido que un pueblo como el judío, que fue perseguido y masacrado desde tiempos antiguos, sea hoy el que está cometiendo un genocidio con Palestina.

Publicidad

Otros dos pueblos como el ucraniano y el ruso, que han estado conviviendo cientos de años, se enfrentan hoy en una guerra fratricida que dura más de tres años. Guerras han existido en todas las épocas, pero cuanto más sofisticadas son las armas, más muertes humanas ocasionan.

El sistema geopolítico-estratégico está cambiando a pasos agigantados. Parece como si estuviésemos volviendo a los años treinta del siglo pasado. La primera democracia liberal de la historia contemporánea se ha ido transformando desde un imperio decadente en lo que viene hoy llamándose el trumpismo, que viene a ser como un Estado autoritario donde su presidente hace lo que le viene en gana al margen de los otros poderes democráticos y en beneficio solamente de una oligarquía blanca y racista. Imponiendo unos aranceles injustos y arbitrarios que trastornan la economía global en beneficio de la propia oligarquía y del propio presidente.

Europa, donde la socialdemocracia ha venido gobernando con la democracia cristiana, viene perdiendo influencia a pasos agigantados en favor de movimientos y partidos que unos llaman trumpistas, pero que son lo más parecido a los que gobernaron Europa en los años treinta del siglo pasado llamados fascistas.

Publicidad

Nuestro país, hoy gobernado por un partido de corte socialdemócrata, tiene el mayor índice de paro de la UE. Los jóvenes tienen muy difícil hacerse con una vivienda, aunque tengan un trabajo fijo, formar una familia y vivir dignamente. Si eres mujer, el sueldo será menor que el de los hombres. Si eres pensionista, te verás y desearás para llegar a fin de mes. Si eres mujer y has enviudado y no has cotizado porque has tenido que criar a tus hijos, cobrarás la mitad de la pensión que tu marido. Si eres inmigrante y sin papeles, te verás abocado a pedir limosna como aparcacoches, vivir en guetos o debajo de un puente.

A ello se suma si has nacido y trabajado en la Región, que, a pesar de los aires triunfalistas de su actual presidente, es de las últimas en educación y sanidad, con los salarios más bajos y una de las corrupciones urbanísticas más grandes del país.

Publicidad

Hoy, en el ocaso de mi vida, cuando hace poco se ha cumplido 50 años de nuestra democracia, creo que ha sido un tiempo suficiente para vivir en una democracia mayor, menos corrupta y con más y mejores soluciones a los problemas que tenemos la ciudadanía, gobierne quien gobierne. ¿Por qué no ha sido así? Fuese por la Transición o por cualquier otro motivo histórico, cultural o antropológico, la verdad es que estamos retrocediendo hasta hacer peligrar lo conseguido. Habría que retrotraernos hacia atrás, exigirnos una autocrítica colectiva y responsabilidades de por qué hemos llegado a la actual situación.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Prueba LA VERDAD+: Un mes gratis

Publicidad