En Cartagena puede estar tu ex

Desde el punto de vista meramente formal, Díaz Ayuso y su equipo son capaces de desarrollar estrategias de comunicación totalmente encajables en los actuales y masivos canales de difusión. Las redes sociales son irrenunciables para un representante público: o estás en ellas o no existes, pero la política no puede ni debe circunscribirse a la mera posibilidad de acumular 'likes'.

No parece este el caso de Díaz Ayuso, basándonos en su éxito en las urnas. Los ciudadanos siempre llevan razón y apostar por lo contrario se llama dictadura intelectual, provenga la crítica de quien provenga, incluidos los que con humillante condescendencia cuestionan la decisión democrática de los ciudadanos de Madrid.

Por tanto, podríamos concluir que en la capital de España, a fecha de hoy y dentro de las circunstancias sanitarias, se debe vivir mejor que anteriormente.

Es posible que la curiosa afirmación de Díaz Ayuso y los ex pretendiera mostrar exactamente eso: lo bien que se vive en Madrid, en la que sin moverte excesivamente puedes hacer desaparecer tu pasado «y no encontrarte nunca más a tu exjefe o tu exnovio» (sic).

Está claro que, para enfrentarse con cualquier ex y sus circunstancias, habitualmente negativas, nos favorece la distancia que, en este caso, sí es el olvido. Si no los ves, mejor. Es comparable a muchos destinos turísticos, pero al revés: si no te los recuerdan, no los priorizas en la ilusionante agenda de viajar.

Hace 46 años que Cartagena da nombre a una estación de metro de Madrid. Y hace unos pocos días que una alcaldesa ha decidido aprovechar esa oportunidad. Para los cientos de miles de ex o no ex, pero habitantes de Madrid que cada día cogen el metro, las denominaciones de esas paradas son su día a día, forman parte intrínseca de su cotidianeidad y, cómo no, vincular esa denominación con una posibilidad de escapada. Parece evidente y fácil, pero tuvo que llegar alguien para hacerlo y esa fue la ciudad de Cartagena y su equipo municipal aprovechando el filón de Fitur. Sí, Cartagena, esa ciudad en la que dos señoras demostraron hace menos de tres años que la inteligencia y el sentido común pueden unirse contra el populismo y expulsarlo de la gobernabilidad. Esa ciudad del sureste español, trimilenaria, que seduce con su historia, sus tradiciones, su patrimonio, su internacional universidad y su gastronomía. Esa ciudad que será por justicia y apostemos por ello, patrimonio de la humanidad.

No he tenido la oportunidad de preguntar, pero conociendo a Noelia Arroyo seguro que debió pensar: «O vamos o no nos ven, que tampoco nos lo están poniendo fácil con lo del AVE» y allí que se plantaron diferentes representantes del amplio espectro cultural de Cartagena, junto al consejero regional de Turismo, Marcos Ortuño, en una parada de metro de Madrid que casualmente lleva el nombre de la ciudad. ¿Existe una estación de metro llamada Cartagena?, pues ahí estaremos. Que el alcalde Martínez Almeida aparece y aprovechamos el tirón mediático, ¡mejor! Que las tropas nos acompañan, ¡estupendo para la foto! Y media Cartagena, bien pertrechada, logró una mañana cualquiera que los madrileños giraran la cabeza al sureste y repararan en ellos.

Seguro que la alcaldesa, que de comunicación sabe un rato, tiene clarísima la importancia de la presencia en redes, en forma y fondo. Y no nos sorprendamos si, en breve, es capaz de poner un autobús para ex, con un eslogan tipo 'Evítate garantizadamente lo de no coincidir en Madrid y vente 'pa' Cartagena', aunque el texto es algo largo para un 'hashtag'. Además, cuando se está en Cartagena... 'love is in the air', seguro. Y, en cualquier caso, ante tan bello escenario encontrarnos al ex puede dar exactamente igual.

Lo hicieron en Navidad y lo han vuelto a hacer. Poner a nuestra gran ciudad portuaria a la altura de las grandes capitales españolas. ¡Viva Cartagena! (aunque coincidas con tu ex).