Boticarios
PERMÍTAME QUE INSISTA ·
Los farmacéuticos estudian un grado universitario complejo y difícil. Su formación es amplísimaCuando Fernando Simón afirmó sin el más mínimo remilgo que los farmacéuticos no eran estrictamente profesionales sanitarios, muchos confirmamos algo que intuíamos: que este señor ... periodísticamente nos proporcionaría tardes de gloria. La frase no solo suponía un insulto para unos grandísimos profesionales en primera línea, sino un apabullante desconocimiento de la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias, algo imperdonable en un alto funcionario. Además, es posible que escondiera una intencionalidad ideológica: no respetar, valorar ni agradecer el esfuerzo de los sanitarios privados en esta dura contienda.
España tiene –y así lo han reconocido desde la Comisión Europea hasta la Organización Mundial de la Salud– uno de los mejores servicios farmacéuticos del mundo. Además, y lo más importante, la sociedad lo sabe y lo disfruta cada día.
Convivimos con tal cotidianeidad con nuestras boticas, que escudriñamos poco en ellas. Es comparable a esa pareja que se quiere infinitamente pero que, acostumbrados a verse cada día, olvida en ocasiones decirse «te quiero» y agradecerle al otro su presencia constante.
Y es que la sociedad sabe que dispone de una farmacia cerca, cerquísima, con un profesional sanitario o varios al frente, 24 horas al día y 365 días al año.
Los farmacéuticos estudian un grado universitario complejo y difícil. Su formación es amplísima. Desde el diseño de un nuevo fármaco hasta la dispensación del mismo, siempre hay un experto en medicamentos cerca y ese es el farmacéutico. La responsabilidad de custodiar y dispensar un fármaco es enorme. A veces frivolizamos con el medicamento, siendo que, en esas cajitas que mal acumulamos en el botiquín casero, se encuentra la esperanza de vida de muchas personas.
El medicamento ha logrado que enfermedades antes mortales ahora sean crónicas o que nuestros mayores tengan una mejor calidad de vida. Y olvidamos, además, el esfuerzo de la red de farmacias en garantizar que siempre encontremos ese medicamento. Ellos crearon su propia distribución de tal modo que, desde cualquier laboratorio del mundo hasta la botica más lejana, el medicamento viaja y llega al ciudadano gracias a los farmacéuticos. Autocontrolan, a su vez, que no accedan fármacos falsificados en su red, que oferta una total garantía de trazabilidad frente a la opacidad de internet o incluso a la poca seguridad de otros canales. Implantaron la receta electrónica, que tanto nos facilita la vida y que nos permite encontrar nuestra medicación en cualquier farmacia de las 22.000 españolas.
Son los primeros profesionales sanitarios en cercanía física y disponibilidad horaria, y participan activamente incluso en estrategias de defensa medioambiental o de enorme implicación social. Hasta idearon la fórmula, durante los primeros días del confinamiento, para que las mujeres víctimas de violencia de género pudieran encontrar en ellos una posibilidad más de pedir ayuda y llevan años desarrollando mecanismos que garantizan que los más vulnerables tengan el acceso a su medicación.
Hay excelentes y esenciales farmacéuticos trabajando en la Administración, en cada hospital, en las universidades, en los laboratorios y en muchísimos ámbitos, construyendo una profesión tan antigua como la propia humanidad y que tendemos a identificar con esa cruz verde que permanece encendida toda la noche y que nos aporta una inmensa paz y tranquilidad.
Hoy se hablará de farmacia en nuestra región. Los farmacéuticos votan y elegirán a sus representantes para los próximos cincos años. La democracia siempre es una gran noticia. Mientras, su presidente nacional, el gran Jesús Aguilar, viene a Murcia a acompañar a la sabia, cercana y certera Isabel Tovar en su última e importante firma como presidenta. Es un gran día para esta profesión. El convenio que hoy ratifican farmacéuticos y Gobierno regional, a través de la Consejería de Salud, pretende continuar impulsando el trabajo de las farmacias para beneficiar a los más de 62.000 murcianos que entran cada día en una de ellas.
Hoy volveremos a hablar del uso prudente de los antibióticos, de prevención de ictus, de dispensación de metadona, de visibilidad de la patología mental, de programas de cribado y prevención o de docencia e investigación y de tantas otras tareas que los farmacéuticos realizan en sus boticas con mayor o menor visibilidad. Y se esté votando o firmando, haga frio o calor, sea de día o de noche, siempre, siempre habrá una farmacia abierta y a nuestro lado. Una cruz verde que nunca se apaga.
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