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La atención primaria tras la pandemia

Es, en estos momentos de incertidumbre, cuando más necesidad hay de promover los cambios que contribuyan a la mejora de la organización

Martes, 14 de julio 2020, 02:15

Ante la emergencia sanitaria actual, la atención primaria se ha visto obligada a sumar a su habitual función de puerta de entrada al sistema sanitario público la de primera barrera de contención de la Covid-19. Todo ello en un contexto aún más apurado que el normal y sin los recursos materiales y humanos necesarios.

Ante la perspectiva de convivencia con el coronavirus durante un largo tiempo es necesaria la normalización, con carácter ordinario, de prácticas como la teleconsulta (por correo o por teléfono), iniciadas durante la pandemia. Este tipo de asistencia debe extenderse a todas las consultas por un tiempo fijo determinado cada día y en horario (preferentemente) predeterminado. Esta modalidad asistencial ya existe desde hace tiempo en centros de primaria de Cataluña y facilita sin duda la gestión de la agenda.

Algo similar se emplea ya en la especialidad de Dermatología, en cuyo servicio se reciben fotografías de la piel (por WhatsApp o telegram) de los pacientes atendidos en primaria, para decidir si estos deben recibir atención especializada o no. Otra posibilidad en este sentido sería configurar los ordenadores de las consultas de atención primaria para la realización de llamadas telefónicas con imagen ('streaming'), utilizando para ello 'software' como Microsoft Teams, el cual ya se utiliza en ciertos servicios del Servicio Murciano de Salud, pero que aún no se ha instalado con carácter general.

Para facilitar el seguimiento a los pacientes por parte de los facultativos, se podría asignar, por ejemplo, a cada tres médicos un mismo administrativo que ya se encuentre trabajando en la gestión del centro. Este administrativo ayudaría a los facultativos a efectuar el seguimiento de aquellos pacientes cuya historia haya de ser supervisada. Con este fin, debería facilitarse la derivación desde los centros de primaria de los pacientes al hospital (de cualquier área de salud) que menos demora tenga en las listas de espera, tanto de primera consulta especializada como de pruebas diagnósticas y terapéuticas.

Es necesario que en la futura organización de primaria se creen unidades especializadas en pacientes crónicos. Estas unidades (ya existentes en otras CC AA) se componen habitualmente de un doctor/a, un enfermero/a y en su caso el conductor/a de una ambulancia adscrita al centro de primaria. La mayoría de los centros de salud tienen adscrita una ambulancia, de modo que se trataría únicamente de institucionalizar dichos equipos humanos, dotándolos de los recursos necesarios para realizar su función, los cuales no exceden los habituales, más el coste de los desplazamientos de no contar con vehículo asignado.

Por otro lado, las residencias y comunidades sociosanitarias tienen de manera general asignadas un médico de familia y un enfermero en el centro de primaria existente en su zona de salud. Sin embargo, tras la reciente experiencia, se va a tratar de instaurar un modelo de atención clínico/asistencial individual, donde cada residente tenga asignado un médico de familia y un enfermero que se ocupará de su atención individualizada, en coordinación con los profesionales sanitarios del propio centro. Este tipo de atención tiene que ser protocolizada según las características de los pacientes.

Esta nueva pauta asistencial, de consolidarse, motivaría una mejora indudable en el control y seguimiento de los pacientes de las residencias y centros sociosanitarios. En combinación con cursos de formación específica al personal de estas, podrían lograrse mejoras sustanciales en los estándares de la calidad asistencial provista a estos pacientes, y por ende de los resultados de salud generales de la población cubierta en el área de salud en cuestión. Los cursos formativos mencionados se articularían mediante la creación de protocolos de actuación conjuntos (centros de salud-residencias adscritas).

La designación de un 'centro Covid', común a varias zonas de salud, podría descargar de trabajo al personal sanitario de los centros, permitiendo, además, retomar su actividad original con mayor facilidad.

Es, en estos momentos de incertidumbre y crisis, cuando más necesidad hay de promover los cambios necesarios que contribuyan a la mejora de la organización de la atención primaria. Una atención primaria sólida y eficiente es una de las mejores vacunas para la preservación de la salud y bienestar de toda la población.

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