Antonio Carrión Valverde
A su gran labor como tallista en tronos, altares y retablos
Antonio Carrión nació en Murcia, en la plaza de San Agustín, a dos pasos de la iglesia de Nuestro Padre Jesús y del Convento de las Madres Agustinas, en 1892, dentro de una familia dedicada a la alfarería, apodados 'los regalaos', convirtiéndose con los años en uno de los grandes artistas murcianos que contribuyeron a la reconstrucción del patrimonio tronista y escultórico murciano en los años de la posguerra. Carrión manejó el barro desde pequeño, esculpiendo figuritas con él, pero su verdadera formación artística comenzó en el Círculo Católico de Obreros con el pintor José María Sobejano, pasando después a la Sociedad Económica de Amigos del País, donde siguió cursos de dibujo artístico y más tarde al aprendizaje con modelos en vivo, en la vieja casona situada en el acceso al Paseo del Malecón, lugar donde se ubicaba el antiguo Círculo de Bellas Artes.
En 1922 obtuvo un doble tercer premio de pintura en el Salón de Otoño de Madrid, galardón que motivó el interés por el artista de algunas revistas especializadas.
En 1925, Antonio, delicado de salud, marchó a Madrid para ser tratado, pasando tres años en la capital donde se dedicaba a realizar dibujos que posteriormente iba regalando a enfermeros y médicos.
De vuelta a su ciudad fue pensionado por la Excelentísima Diputación Provincial para realizar estudios en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, donde conoció los secretos de la talla. Desde entonces se desenvolvió con gran maestría montando su propio taller en Murcia.
De escuela salzillesca y discípulo de Francisco Sánchez Araciel, por el taller de Carrión desfilaron muchos de los actuales escultores murcianos y de ahí salieron muchas de las tallas que esculpió para esta Región y sus alrededores. Lo que le aportó gran notoriedad fueron sus trabajos en madera para tronos, bargueños, mesas de altar, tabernáculos, retablos y pequeños objetos de decoración que podemos encontrar algunos de ellos en el Museo de Bellas Artes de Murcia.
En 1942 obtuvo el segundo premio de escultura en la Exposición de Artistas Murcianos y en 1966 se le concedió la Medalla de Oro al Mejor Artesano Nacional.
El 2 de marzo del 1973, la Galería de Arte Zero, en Murcia, organizó en su honor una exposición-homenaje a la que concurrieron artistas plásticos de la Región de Murcia y otros muchos conocidos de otras capitales, un total de 41: Aurelio, Avellaneda, Bonafe, García Ochoa, Párraga, Pedro Serna, Elisa Seiquer... Por entonces Antonio Carrión estaba prácticamente retirado de la profesión por motivos de salud.
En 1980 participó en el Salón de Escultura en Murcia, y en octubre del siguiente año, 1981, la Sección de Bellas Artes del Museo de Murcia expone una muestra de sus excelentes dibujos del natural, falleciendo el 20 de octubre de 1983 en su ciudad natal, en el barrio donde vivió y se desarrolló como artista frente a su querido Museo Salzillo, a los 92 años de edad.
Entre sus obras de talla decorativa, que es la faceta que más le distinguió, junto a su labor de imaginería y de notable dibujante y centrándonos en Murcia capital, tenemos: la talla de los tronos de los pasos de la Cena y el Beso de Judas, para la cofradía de N.P. Jesús Nazareno, y también la de los tronos del Cristo del Perdón, El Prendimiento, Caifás y Cristo atado a la Columna de la Cofradía del Perdón, Lunes Santo.
En su barrio, convento de las Madres Agustinas, hizo también el tabernáculo y mesa del altar mayor, ménsula y retablo de Santa Teresa y la mesa de Santa Cecilia. En la iglesia parroquial de San Nicolás tenemos el tabernáculo y mesa para el altar mayor.
Pero no puedo terminar sin mencionar su magnífica, excelente y maravillosa imagen del Corazón de Jesús que preside el camarín del altar mayor del retablo de la iglesia de Santo Domingo de Murcia.