Fernando López Miras terminará siendo investido presidente regional, pero no será en la sesión de mañana, salvo un giro improbable de los acontecimientos en las próximas horas. El mantra compartido de la mano tendida es solo parte del teatrillo que PP y Vox escenifican para no cargar con la responsabilidad del bloqueo y la falta de gobierno ante la opinión pública. Pero ahí acaba el fingimiento. Las posiciones siguen inamovibles, alejadas y ninguno de los dos partidos aflojará (de momento). Al menos hasta el 23-J, Miras no cederá en ningún caso a la pretensión de Vox de formar un gobierno de coalición. No solo porque iría en contra de lo que mantuvo en campaña y del deseo de los exvotantes de Cs que ahora confiaron en el PP. Sobre todo porque reforzaría el relato que Pedro Sánchez mantendrá frente a Feijóo en el cara a cara de este lunes y durante el resto de la campaña del 23-J: que el PP está asumiendo los postulados más ultras de Vox en sus pactos para gobernar en numerosos ayuntamientos y comunidades autónomas. Presentarse al plató del debate electoral con un acuerdo de gobierno autonómico firmado horas antes con la formación de Abascal, otro más, sería letal para el discurso nacional que mantiene Núñez Feijóo en los últimos días en su afán por ganar apoyos del electorado por el centro y de exvotantes desencantados con Sánchez.
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Vox tampoco va a ceder. Se da la paradoja de que el partido de Abascal aboga por vaciar de competencias al Estado autonómico, pero para derogar la ley del Mar Menor, uno de sus principales objetivos, necesita formar parte del Gobierno autonómico, teniendo el control de la Consejería de Agricultura y Agua, con competencias medioambientales. El caso murciano es particular. No solo porque, a diferencia de Extremadura o Baleares, el PP solo precisa de la abstención de Vox. También pesa la mayor fortaleza aquí del partido de Abascal. Ganó las generales hace cuatro años y le han votado el 18% de los electores en las autonómicas. Y por último, porque gran parte de sus apoyos nacionales proceden de empresarios murcianos. En la Región de Murcia, además de intereses políticos, hay intereses económicos que no existen en otros territorios. Poderes económicos y políticos que están presionando a fondo a López Miras para que ceda. ¿Podría producirse hoy una reunión entre ambos partidos convocada con urgencia? Es difícil habida cuenta de que los líderes locales de Vox no tienen autonomía. Tendría que venir desde Madrid algún dirigente de confianza de Abascal, que a su vez tendría que realizar sus consultas. Si hay algún movimiento, sería en Madrid y en las cúpulas de ambos partidos.
Tras el 23-J, el escenario se clarificará. PP y Vox llegarán a algún entendimiento. A ninguno le interesa la repetición de elecciones, sobre todo a Vox, tras su bloqueo. Y López Miras tendrá mucho que acordar en la Asamblea con Vox, que no regalará ningún apoyo. Lo que está por ver es si se dejará maniatar en el seno del Gobierno.
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