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Adaptarse y sobrevivir

O empezamos a lidiar con el coronavirus como un contaminante más del aire interior o tendremos medidas restrictivas, algunas irracionales

Miércoles, 5 de agosto 2020, 01:14

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La pandemia sanitaria mundial por SARS-CoV-2 tiene una fuerte relación con la salud de nuestros ecosistemas. Los tiempos de la Covid-19 son de rápido aprendizaje. No podemos ser como antes pero con miedo. La Covid ha venido a quedarse, al menos un tiempo, y ya veremos si hay vacuna y cuándo llega. Adaptarnos para sobrevivir no solo a la Covid sino a las futuras zoonosis es el desafío inaplazable. Las empresas y sociedad tenemos que conseguir una rápida adaptación al terreno, cambiar las cosas para bien y reducir la vulnerabilidad de nuestra salud sin perder de vista la recuperación económica y social.

Es muy importante el papel de las organizaciones empresariales y agentes sociales de la Región de Murcia. Jóvenes y adultos pasamos cada vez más tiempo en espacios cerrados o poco ventilados. La Covid-19 es un contaminante biológico que 'flota en el aire' y contamina especialmente espacios interiores o poco ventilados, y la eficacia de la transmisión depende de factores medioambientales. La aparición de rebrotes vinculados a la contaminación del aire interior ha hecho saltar las alarmas en toda España. O empezamos a lidiar con el coronavirus como un contaminante más del aire interior o tendremos medidas restrictivas, algunas irracionales (como cerrar primero parques urbanos o piscinas al aire libre o que los niños lleven 2 pares de zapatos al aula) y/o reconfinamientos cada 8-15 semanas. ¿Aguantar en retirada o adaptarse para avanzar? El miedo es un lastre que genera parálisis, enfermedad y pérdida de activación económica.

Al mismo tiempo que se apela a la responsabilidad de la población se mantiene un modelo de gestión de la crisis sanitaria en toda España demasiado paternalista, centrado en medidas restrictivas en las que el individuo, cliente o empresa es receptor pasivo. La responsabilidad recae en gran medida en las autoridades sanitarias. En verdad, con este modelo de gestión de la crisis sanitaria no se les exigen grandes cambios a los ciudadanos y empresas, ni mucho menos búsqueda de oportunidades, realización de cambios e innovación para contribuir todos al proceso de aprendizaje colectivo. Trabajar la motivación y participación también es hablar de acceso a la información, transparencia y democracia.

Una política basada en gestionar el miedo ajeno solo trae irracionalidad y estupidez a la sociedad. El riesgo cero no existe y tenemos que ganar la confianza con una economía segura, abierta a la innovación y el emprendimiento para adaptarse y sobrevivir.

Podemos dar un ejemplo al resto de la nación y ayudar a nuestras empresas a crear modelos más positivos, basados en 4 pilares: liderazgo, eficacia, determinación y cultura para la sociedad. Debemos confiar en que organizaciones empresariales y sociedad desarrollen un enfoque desde la salud medioambiental con medidas para reducir la transmisión del SARS-CoV-2 y disminuir la carga viral en el aire interior de escuelas, lugares de ocio y trabajo.

Caminamos hacia un modelo de salud planetaria en el que todos los ecosistemas y seres vivos estamos interconectados. Innovar es explorar nuevas vías. Empresas, universidades y sociedad civil deberíamos apoyar la creación de una Agencia Regional de Salud Global (salud y medioambiente) en la Región, para asegurar una economía de empresa con menor contaminación del aire interior, con la colaboración de empresas y sindicatos para estimular la formación profesional con 250 jóvenes rastreadores como nuevos perfiles profesionales, dando salida a la FP biosanitaria, bioinformática, de salud medioambiental y de enfermería ambiental que se incorporarían en la comunidad a las órdenes de esa Agencia Regional. Ahora estos perfiles trabajarían en la Covid, pero en el futuro contribuirán a desatascar muchos de los problemas y expedientes medioambientales de esta Región. Este modelo permitiría que la Atención Primaria se dedique a su tarea esencial, y modernizar la salud pública del siglo XXI. Necesitamos generar una cultura en la población para que participe activamente en el control de la pandemia. Eso requiere menos paternalismo, y más participación informada, potenciar herramientas de autorrastreo como www.llamaleydile.org, facilitar el acceso a conocer la incidencia diaria en su código postal o barrio, incluir sensores de calidad del aire, incorporar el talento de universidades...

La escuela es el trabajo esencial para la infancia. Asegurar el retorno seguro y presencial, basado en la ciencia, con un enfoque hacia la naturaleza, mejorando la calidad del aire en los espacios interiores (aulas y autobuses) y centrado en los niños nos parece la mejor opción. Proteger al profesor, sobre todo del contacto de otros adultos. Evitar el uso de barracones y promover la movilidad activa como caminando al cole contribuiría a usar menos autobuses y transporte privado. La Covid puede ser la gran oportunidad para el desarrollo de una guía de acción en salud ambiental escolar global.

Comenzar a lidiar con la Covid-19 como un contaminante del aire interior traerá nuevas oportunidades de adaptación para generar modelos más creativos e innovadores. Desde aquí (http://www.pehsu.org) puedes descargar un documento con las estrategias para ayudar en tu empresa, colegio o ayuntamiento a reducir la transmisión del SARS-CoV-2. Adaptarse y sobrevivir. Continuará.

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