Un acuerdo útil para los cartageneros
Los ciudadanos piden grandes acuerdos políticos para solucionar sus problemas y esa demanda es mayor en momentos de crisis. Hace un año, Cartagena se enfrentaba a una crisis de estabilidad política y la noche electoral propuse un gobierno de concentración centrado en los problemas de Cartagena para evitar la inestabilidad del mandato en minoría de una formación que vive del enfrentamiento.
El tiempo ha demostrado su necesidad. Sin el pacto, Cartagena tendría hoy un alcalde condenado por lanzar una patada contra un rival político y acusado por la Junta de Personal de maltratar a los funcionarios. Por eso sigue siendo inexplicable que el PSOE de Diego Conesa prefiriese cobrarse una deuda partidista apoyando a un candidato ya imputado antes que respaldar un pacto por Cartagena.
A pesar de ese boicot, un grupo de concejales de diversa procedencia política acordamos un proyecto de gobierno para cuatro años y decidimos ponernos la camiseta de Cartagena por encima de las razones de partido. Esa alianza ha sido útil a los cartageneros en los momentos muy difíciles de su historia reciente. Las crisis de la Covid-19 y la del Mar Menor lo han cambiado todo.
La solidez del gobierno ha convertido a nuestro ayuntamiento en la primera gran institución de la Región en aprobar unos presupuestos adaptados a la crisis. Contra la crisis social, 13 millones para ayudar a las familias; contra la crisis económica, 17 millones para poner en marcha toda la capacidad inversora municipal y generar empleo.
Antes hubo que atender la emergencia. La emergencia económica, con medidas como la supresión de tasas de basura y agua a los negocios cerrados o a la suspensión hasta fin de año de tasas a terrazas o mercadillos. La emergencia social, activando un dispositivo social que, siete días después de la declaración de alarma, ya empezó a repartir 87 toneladas de alimentos a una media semanal de 1.000 personas.
El Mar Menor necesita grandes acuerdos para problemas estructurales y respuestas inmediatas para los problemas concretos que impiden el baño. Pedimos auxilio para retirar algas, los secos y los fangos. La ayuda llegó con brigadas del Gobierno regional, pero los secos siguen estancando aguas y generando lodos porque el Ministerio no ha cumplido su deber. Por eso, desde Cartagena hemos propuesto a los ayuntamientos del Mar Menor tomar la iniciativa y liderar desde ahora la recuperación de las zonas de baño que el Ministerio ha decidido olvidar.
Queremos ser tan colaboradores como exigentes con las administraciones. Esa forma de trabajar ha dado a Cartagena desbloqueos y avances en proyectos regionales como el traslado de la consejería de Turismo, el plan de desamiantado, la ZAL, la descontaminación del cinturón industrial y en la hemodinámica 24 horas, un compromiso que ha resistido a las obligaciones de Sanidad durante la pandemia.
