Ejemplar captado por un puesto de fototrampeo en el Segura. DETTORI

Las nutrias vuelven al río (y a la ciudad)

Nuestra Tierra ·

La recuperación del mamífero en el Segura viene con paradojas como su mayor presencia en áreas urbanas y el aprovechamiento que está haciendo de la llegada de especies exóticas invasoras

GINÉS S.FORTE

Martes, 13 de abril 2021, 20:42

La nutria es una de esas especies que parecen blandir como pocas la bandera del conservacionismo cada vez que aparecen. Más que un indicador biológico, ... cada registro de nutria euroasiática ('Lutra lutra') es como una pica en Flandes de la recuperación del río Segura. La expedición que hace dos años realizó un ejemplar por las calles del barrio del Infante, en plena ciudad de Murcia, se erigió como un momento cumbre del largo proceso de reconquista que el mustélido está protagonizando a lo largo de los 370 kilómetros de cauce que componen el río Segura y sus afluentes. Desde los años 60 el animal vio reducir progresivamente su presencia hasta confinarse a poco más de 50 kilómetros de cauce en los años 90. Ahora ya se ha constatado que se encuentra en al menos 230 kilómetros de lecho, incluidos registros en la propia desembocadura del río, en Guardamar.

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«En los últimos 30 años, la nutria ha ampliado su rango en la cuenca del río Segura», resume el doctor Ettore Emanuele Dettori, investigador del departamento de Ecología e Hidrología de la Universidad de Murcia (UMU), firmante de distintos artículos científicos sobre la presencia de la especie por estas tierras. Los proyectos de sostenibilidad medioambiental Life que financia Europa, como el Life Ripisilvanatura (destinado a la recuperación y protección del bosque ribereño de la cuenca del Segura) y el Life Segura Riverlink (programado para ayudar en la recuperación ambiental de la cuenca del Segura), «han confirmado la tendencia de retorno de este animal y que se aprovecha de todo el río Segura, sus afluentes, algunas acequias y zonas más alejadas, como las Lagunas de Campotéjar (Molina de Segura)».

A la vista de estos éxitos, augura el especialista, «la nutria puede aumentar tranquilamente su presencia en la Región de Murcia y potencialmente volver a ocupar las acequias de la Huerta de Murcia, siempre y cuando se mantenga integro su hábitat y se tenga bajo control la presión antrópica». Para el también ecólogo Víctor Manuel Zapata, cofirmante de distintos artículos científicos de la UMU sobre las nutrias del Segura, en la proliferación de la especie «tiene un papel muy importante la buena recuperación que ha tenido el agua del río Segura en los últimos 20 o 25 años».

«La nutria puede volver a ocupar las acequias de la Huerta de Murcia», augura el ecólogo Dettori

En todo caso, los datos, aunque van mejorando, no son aún como para tirar cohetes. El doctor José Manuel Lucas estima una población por encima de los 40 individuos a lo largo del río Segura a su paso por la Región de Murcia. Se trata de la estimación más reciente, recogida en su tesis doctoral 'Aplicación de Herramientas Moleculares para la Gestión y Conservación de Especies de Mamíferos de Interés Conservacionista', fechada en la UMU en 2019.

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De hecho, Murcia es la tercera provincia peninsular española con menor presencia de nutrias. Únicamente se encuentran peor Alicante y Guipúzcoa, y con seguridad Almería, de la que la Sociedad Española para la Conservación y Estudio de los Mamíferos (Secem) no recoge datos en su IV Sondeo Nacional de Nutria en España 2014-2018, publicado el pasado 20 de enero. El trabajo concluye que la 'Lutra lutra' se encuentra en más de la mitad del territorio peninsular español.

Pese a su menor presencia aquí, Dettori avala con palabras del coordinador del Grupo Nutria del Secem, Santiago Palazón, que «en Murcia y el Levante español, la nutria se recupera»; aunque lo hace «muy lentamente». Para que este proceso continúe resulta clave su dieta, un punto en el que se están produciendo importantes novedades. Tradicionalmente, los barbos gitanos ('Luciobarbus sclateri') componían la principal alimentación de nuestras nutrias.

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En los 90 apenas se encontraban en 50 kilómetros del Segura, ahora ya se extienden a lo largo de 230

Sin embargo, los estudios realizados en dos periodos separados veinte años entre sí (el primero en los años 1997 y 1998 y el segundo entre 2016 y 2019, con más de medio millar de registros de excrementos) muestran una reducción en el tamaño de estos peces, afectados por los cambios en la calidad del hábitat, de acuerdo con Dettori, autor de una de las dos únicas tesis defendidas en la UMU sobre las nutrias desde 2019 (la otra es la citada de José Manuel Lucas), titulada 'La nutria eurasiática ('Lutra lutra') como bioindicador ambiental en relación con las especies exóticas invasoras: caña común ('Arundo donax'), cangrejo rojo americano ('Procambarus clarkii') y visón americano ('Neovison vison')'.

La alternativa que están encontrando las nutrias a los empequeñecidos barbos paradójicamente compone un mal medioambiental: las especies exóticas invasoras. Ahora, junto a las dos especies autóctonas de las que se alimenta desde antiguo, ha incluido en su menú una decena de alóctonas (a finales de los años 1990 solo eran dos), principalmente el cangrejo rojo americano. Ettore Emanuele Dettori concreta además que la expansión de asentamientos humanos «está propiciando el aumento de registros en tramos urbanos y otras zonas fuertemente antrópicas».

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Curiosamente, estas áreas son las únicas donde se ha detectado que las nutrias murcianas siguen basando su dieta principalmente en los barbos. Quizá se deba a la atracción que ejerce que la gente pesque en estas zonas o quizá se justifique porque la presión antrópica afecta más al cangrejo, por ejemplo, pero no está claro. En el resto de entornos (arrozales, las demás áreas agrícolas y los espacios naturales) el cangrejo rojo ha pasado a componer la mayor parte de la alimentación de las nutrias.

La última estimación calcula más de 40 ejemplares en el río a su paso por la Región

La reducción en el tamaño de los barbos gitanos, respecto a los registros obtenidos a finales de los años 1990, «se ha traducido en una disminución en la rentabilidad de estos peces para las nutrias, lo que puede haber obligado a los mustélidos a cambiar hacia los cangrejos rojos», explica el experto italiano afincado en Murcia. Sin embargo, «al mismo tiempo», advierte, se trata de «una especie decididamente controvertida que da lugar a un amplio debate entre los conservacionistas». Otro animal exótico invasor que puede afectar significativamente a la evolución de nuestras nutrias, añade Zapata, es el visón americano ('Neovison vison'), «liberado accidentalmente al medio natural en toda Europa por su uso en la industria peletera», apunta Dettori. Para Zapata, su llegada a nuestro río «afectaría negativamente seguro, pero no sabemos en qué magnitud». De momento sí se está percibiendo una «competencia importante» entre ambas especies en las zonas de España a las que ha llegado el visón, advierte el ecólogo.

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Ante este panorama, y mientras avanzan los estudios sobre la especie, lo que está claro para Dettori es que las «estrategias de conservación para la nutria deberían centrarse en la restauración de los hábitats de agua dulce y estar dirigidas principalmente a mejorar la ictiofauna nativa». Las acciones que propone incluyen «un diseño de caudales que imite los patrones del régimen de flujo natural y mejore la conectividad longitudinal de los cauces».

Zapata recuerda además la importancia de reducir los cañaverales en las riberas de los ríos y restaurar en ellas los bosques de ribera «como debieron ser hace muchos años en la cuenca del río Segura, y de los que hoy en día quedan pequeños [enclaves] testigos de cómo fueron».

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Especie emblema de la recuperación del río

Los expertos coinciden en «que la investigación y el seguimiento de la nutria debería realizarse con una mayor regularidad, dada su utilidad como indicador del éxito de las acciones de mejora y restauración del hábitat». El ecólogo Ettore Emanuele Dettori aboga por repetir experiencias como la de los proyectos Life Riverlink, que tuvo lugar de 2013 a 2017, y Ripisilvanatura, realizado entre los años 2017 y 2018, aunque «involucrando, esta vez, una parte más amplia del río Segura hasta la desembocadura». En este contexto, añade, con su constatada presencia en entornos poblados, «la nutria puede ser la especie emblema en proyectos de restauración de ríos destinados a mejorar la calidad del agua y la vegetación ribereña en áreas urbanas y, en última instancia, de fomento de la sostenibilidad urbana y la recuperación para el público de las riberas de los ríos».

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