Los morciguillos no son culpables
El parecido fonético entre Murcia y murciélago no es más que eso, una coincidencia. Ni comparten etimología ni los murcianos los hemos reconocido siempre con ... ese nombre, sino con la denominación más popular de morciguillos. Lo que no es una coincidencia es que la mala fama que arrastran desde hace siglos los ha convertido en la víctima propiciatoria para responsabilizarlos de la actual emergencia sanitaria por la que atraviesa el planeta. No solo entre el público no especializado, sino incluso en los ámbitos académicos de la medicina, la veterinaria o la biología, un amplio sector de personas dan por hecho probado que la actual pandemia tiene su origen en algún miembro de este orden de mamíferos, algo de lo que, a fecha de hoy, no existe evidencia científica.
¿Por qué se insiste en este error? Lo explican de forma muy certera Javier Juste, de la Estación Biológica de Doñana; Juan Emilio Echevarría, del Centro Nacional de Microbiología, y Antonio Figueras, del Instituto de Investigaciones Marinas, en un reciente comunicado difundido en prensa y redes sociales. Se está confundiendo el origen epidemiológico de la Covid-19 con el origen evolutivo del coronavirus que la produce, el SARS-COV-2. La única relación que existe entre este último y los murciélagos es su similitud genética (un 96%) con otro coronavirus encontrado en una de las casi 1.400 especies de murciélagos que existen en el mundo. Esta similitud solo permite asegurar que ambos virus probablemente tienen un ancestro común reciente, de la misma manera que humanos y chimpancés tenemos el nuestro propio, ya que compartimos casi un 99% del genoma (y sin embargo no somos la misma especie). O sea, que el famoso virus del murciélago no es el mismo virus que causa la Covid-19, y de hecho nadie ha podido aislar todavía el SARS-COV-2 ni en un murciélago ni en un pangolín, ni en una serpiente ni en ningún otro animal silvestre (salvo en contados casos donde se ha demostrado la transmisión accidental desde humanos a algunos carnívoros, pero no al contrario). De todo ello también se concluye que el origen epidemiológico de la enfermedad todavía se desconoce.
Culpar sin pruebas a unos animales que tantos servicios proporcionan a los humanos (control de plagas de cultivos y de insectos nocivos para la salud, dispersión y polinización de plantas de interés comercial, etc.) no solo es irresponsable, sino también poco inteligente. Porque es cierto que los murciélagos, como grupo taxonómico, son portadores de gran variedad de virus (no más, desde luego, que cualquier otro grupo de vertebrados con la misma diversidad de especies), pero no lo es menos que conviven con la mayoría de ellos de forma asintomática, gracias a las peculiaridades de su sistema inmunológico. En el estudio de este último puede estar una de las soluciones a la actual o a futuras pandemias. Y eliminar a los beneficiosos morciguillos (de los que en Murcia contamos con al menos 21 especies) sería como matar al mensajero que nos trae una buena noticia.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión