Siete acciones habituales en casa que degradan el medio ambiente
La forma en que lavamos los platos, iluminamos las estancias y desechamos algunos productos tiene un impacto más notable en la naturaleza de lo que pensamos
LA VERDAD
MURCIA.
Martes, 7 de junio 2022, 00:03
Cada pequeño gesto cotidiano cuenta en el cuidado del planeta, y algunos lo hacen notablemente. Con motivo del Día Internacional del Medio Ambiente, el pasado domingo, distintas entidades y organizaciones nos recuerdan algunas pautas de comportamiento para favorecer nuestro entorno. En este caso, repasamos algunas de las acciones diarias a las que más debemos prestar atención para evitar incrementar el daño a la naturaleza.
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Si cifras globales más grandes nos dicen, por ejemplo, que el año pasado lanzamos a la atmósfera 36.300 millones de toneladas de CO2, según la Agencia Internacional de la Energía; las pequeñas nos señalan más directamente advirtiendo de que, de media, cada hogar en España contribuye con 12 toneladas a esas emisiones. Evitarlo, con las pautas que hemos instaurado en nuestras vidas, no resulta fácil, pero sí es posible reducir desde casa significativamente nuestra huella sobre la naturaleza teniendo en cuenta algunos gestos.
Cerrar el grifo a tiempo es una acción sobre la que se advierte con frecuencia, y está justificado. Ducharnos, cepillarnos los dientes y lavar los platos contribuyen a que cada día gastemos de media 142 litros por habitante en España, de acuerdo con los datos apuntados por la compañía de instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo Powen, que ha recopilado estas acciones de gran impacto. La siguiente de la lista también está relacionada con nuestro aseo personal: el mal uso de desodorantes en spray, de los que se usan 3.000 millones de recipientes al año, junto a un inmenso número también de perfumes, ambientadores, lacas e insecticidas. Limitar su uso es esencial para conservar la capa más baja de la atmósfera, incluso aunque ya no contienen los famosos CFC, ya que aún mantienen compuestos orgánicos volátiles que resultan perjudiciales.
Abusar de la electricidad
Beber agua en botellas de plástico no es muy buena idea. Aquí solo basta un dato para comprenderlo: tras prestar un servicio muy corto tardan entre cinco y diez siglos en descomponerse, y entre tanto contaminan el planeta. Abusar de la luz artificial tampoco es bueno. Producir la electricidad suele contaminar y dejar residuos, y además las bombillas y lámparas contienen mercurio, un metal tóxico que libera un vapor nocivo para nosotros y el ecosistema si se rompen.
Y, finalmente, desechar algunos productos acaba teniendo un gran impacto en la naturaleza. Los anillos de recipientes y las latas pueden acabar atrapando peces y tortugas en el mar, donde lamentablemente terminan muchas de ellas, por lo que siempre es conveniente cortar sus circunferencias, aunque las echemos al contenedor correspondiente.
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En el caso de las toallitas húmedas, lo que no debemos hacer nunca es tirarlas al retrete, porque acaban obstruyendo tuberías, rompiendo bombas de succión y contaminando las aguas, y obligando a reparaciones que generan un gasto anual en nuestro país de entre 500 y 1.000 millones de euros.
Además de que, mientras se arreglan los destrozos que producen en los sistemas de depuración, la naturaleza acaba recibiendo los elementos contaminantes que no han podido ser filtrados. Igual ocurre con las colillas. De seis billones de cigarrillos que se consumen en el mundo al año, acaban en la naturaleza 4,5 billones de colillas. Una sola de ellas es capaz de contaminar 1.000 litros de agua, sin contar con los daños que producen en los peces y aves que los ingieren.
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Antes de salir de casa a reclamar, con toda razón, que las autoridades se esfuercen por acabar con los desastres medioambientales que nos acechan, no está mal mirar primero qué gestos podemos cambiar en casa. Todo cuenta.
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